Actualizado 07/05/2009 16:22

CEAR exige el cierre del centro de inmigrantes que España construyó en Mauritania conocido como 'guantanamito'

MADRID 7 May. (EUROPA PRESS) -

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) exigió hoy el "cierre inmediato" del centro de detención de inmigrantes de Nouadhibou (Mauritania) construido por el Gobierno de España en 2006 y conocido como 'guantanamito', porque sus condiciones actuales "suponen una amenaza contra la integridad física y psicológica de las personas sometidas a procedimientos de repatriación".

En un informe elaborado por encargo del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, la ONG realiza una descripción de las instalaciones y servicios de esta antigua escuela a la que son trasladados los inmigrantes repatriados desde España para ser enviados a otro país africano, los detenidos por la policía mauritana acusados de intentar emigrar ilegalmente a Europa y quienes son sorprendidos por las patrulleras a bordo de pateras y cayucos.

Entre sus conclusiones, destaca que los inmigrantes retenidos viven en condiciones de "hacinamiento extremo" en las celdas, viejas aulas de ventanas selladas y "ventilación insuficiente" que en sus 40 metros cuadrados acogen entre 15 y 17 camastros o literas "desnudas", donde permanecen 24 horas al día porque no se les permite realizar más actividad que caminar los 60 metros que les separan de las letrinas.

El informe señala asimismo que la atención sanitaria en el centro se reduce a un "pequeño y básico" dispensario con material para realizar "pequeñas curas" y algunos medicamentos. Los retenidos no son visitados por un doctor, sino por un enfermero "sin que se lleve a cabo ningún otro tipo de reconocimiento o exploración" y en caso de hospitalización, es Cruz Roja Española, con fondos propios, quien se hace cargo.

"La mayoría de las instalaciones existentes, sobre todo las celdas, no cumplen unas mínimas condiciones de habitabilidad, salubridad, seguridad e intimidad; la atención sanitaria es limitada; no hay personal técnico en el centro y los policías asignados no han recibido algún tipo de formación específica", denuncia la organización.

UN ESPACIO SIN LEY

Además de las circunstancias en que se encuentran los migrantes retenidos, CEAR pone el acento en "la ausencia de una regulación desarrollada y coherente de las migraciones en Mauritania, lo que se refleja de una manera directa en la indefinición y carencia de base jurídica del centro de Nouadhibou".

Así, ninguna de las personas retenidas que entrevistó CEAR contaba con resolución escrita de ningún tipo que justificara su internamiento, igual que la organización no encontró "indicio alguno de asistencia de abogado o intérprete, ni en el momento de la detención, ni en la comparecencia ante la comisaría de policía, ni en los días de estancia en el centro".

Según el informe, los migrantes suelen permanecer allí entre 3 y 15 días, hasta que se reúnen los suficientes para llenar "un microbús" que les traslade a la frontera. El viaje se suele realizar de noche y los retenidos "ni tienen información formal sobre cómo o cuando se ejecutan los traslados". Son derivados a los puntos fronterizos de Rosso y Gogui, a unas doce y veinte horas de distancia por carretera, respectivamente.

La gestión efectiva de este centro corresponde al Gobierno de Mauritania, que recibe fondos de España y de la Unión Europea por los acuerdos firmados en materia de inmigración. Por eso CEAR responsabiliza al Gobierno español de la situación en 'el pequeño Guantánamo', porque tendría que haber "ligado estos acuerdos a la exigencia y control del respeto a los derechos humanos".

"Lo que pedimos al Gobierno español es, por un lado, el cierre del centro, además de por imperativo moral, porque no reúne los requisitos y, por otro lado, pedimos que en la cooperación en materia migratoria se condicione la puesta en marcha de los acuerdos a que se cumplan una serie de requisitos básicos. Para ello, proponemos mecanismos de certificación en materia de derechos humanos", explicó en declaraciones a Europa Press el portavoz de CEAR, Mauricio Valiente.