Actualizado 31/10/2010 12:30

Un joven de Ghana llegado a España en patera protagoniza el último 'spot' de Carolina Herrera

Anuncio 212 Carolina Herrera
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MADRID 31 Oct. (EUROPA PRESS) -

Sadik Abubakari, el joven que aparece como boxeador escoltado por dos modelos en el último anuncio del perfume 212 de Carolina Herrera, llegó a España a bordo de una patera cuando acababa de cumplir los 16 años. En la actualidad, subsiste bajo el paraguas del programa Columbia de Mensajeros de la Paz de Madrid (MpazM), pensado para aquellos menores extranjeros no acompañados que se convirtieron en inmigrantes irregulares cuando quedaron fuera del sistema al cumplir la mayoría de edad.

En una entrevista con Europa Press, cuenta que acabó rodando el 'spot' casi por casualidad. Una amiga le había puesto en contacto con una agencia de publicidad especializada en perfiles de razas distintas a sabiendas de que a Sadik le encanta "todo eso de la televisión". Al poco tiempo, le llamaron para hacer una prueba: un anuncio de un perfume que se difundiría a nivel internacional y en el que participaría uno de los modelos españoles más conocidos, Jon Kortajarena.

"Llegué tarde y todo a la prueba porque querían una imagen bonita y yo no tenía nada de ropa, y tuve que pedírsela a un amigo, pero estaba en el taller --de formación-- y había que esperar a que saliera, fuera a su casa y me la diera", explica Sadik entre risas. Él no esperaba ser el elegido, pero al final, funcionó. "Me tienen que pagar ahora los derechos de imagen", añade, en el mismo tono divertido con el que bromea sobre el hecho de que su vida no se parece demasiado a la del tipo que interpreta en el anuncio.

En este sentido, comenta que la suya es una de tantas historias de chicos que se embarcan con el claro objetivo de encontrar un trabajo que les brinde una oportunidad, para ellos y sus familias. Tal es así, que cuando Sadik llegó a la isla de Fuerteventura y fue identificado como menor e internado en un centro con otros chavales, decidió hacerse pasar por adulto con tal de salir de allí.

"Yo quería trabajar y no había venido hasta aquí para estar metido en un centro. Tenía 16 años pero les dije que era mayor para que me sacaran de allí. Estuve un mes y luego me sacaron, me metieron en un avión y me dejaron en Madrid, en el aeropuerto de Barajas, para que me buscara la vida", explica.

Tras aterrizar y encontrarse solo en las inmediaciones del aeropuerto, sin documentación y sin conocimiento alguno del castellano, echó a andar rumbo a la capital pero tuvo la fortuna de encontrar a una persona que le invitó a comer y le dio algo de efectivo para que pudiera llegar por su cuenta.

LA SALIDA ESTÁ EN 'COLUMBIA'

Desde entonces, pasó cerca de un año "viviendo en la calle", hasta que, de nuevo, otro ciudadano se cruzó en su vida y le guió al servicio de protección de menores de la Comunidad de Madrid, que le remitió al centro de acogida de Hortaleza. Sadik ya rondaba los 17 años de edad, por lo que la estancia no fue muy larga. "Estuve nueve meses y cuando iba a cumplir los 18 me dijeron que ya no me podían ayudar más. No me habían sacado los papeles ni nada y me dejaron tirado", explica el joven.

MpazM entró entonces en juego. Sadik acudió a ellos en busca de ayuda y entró en el programa 'Columbia', que ofrece un lugar para vivir, asesoramiento jurídico para la regularización y formación para el empleo, a fin de que estos chicos tengan una oportunidad profesional que les permita establecerse por su cuenta o regresar a su país. Él se convirtió en electricista, consiguió un trabajo y por fin, obtuvo el permiso de residencia.

Con la crisis vinieron las dificultades y perdió el empleo, así que continúa en el programa 'Columbia' y a sus 22 años, con formación en distintos oficios, los 'papeles' en regla y un manejo razonable del castellano, MpazM, --que sólo recibe financiación de Fundación Barclays y donantes particulares--, sigue ayudándole con la manutención y los gastos. Cuando trabaje y pueda mantenerse, quizá entre en el programa de microcréditos que ofrece la organización, y pueda montar su propio negocio, aquí o en Ghana.

Él cuenta que sueña con seguir haciendo publicidad o vivir de la música, porque Sadik rapea y, a veces, con público. Sabe que la cosa "está muy difícil" tanto para su vocación como para su profesión y no le importa "trabajar de lo que sea". Dice a quienes llegan a España como él que "tienen que adaptarse, aprender muchos oficios y relacionarse con la gente" pero sobre todo, tener "fuerza" y "llevar la cabeza lo más alta posible" porque es así como se encuentran oportunidades.

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