MADRID 6 Sep. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha alabado la "generosidad" de Marruecos por aceptar al grupo de migrantes que España expulsó de la Isla de Tierra esta semana, y ha afirmado que el Ejecutivo trabaja con el país vecino y la Unión Europea para encontrar una "solución duradera" a la inmigración por la vía de los islotes de soberanía española que salpican la costa alauí.
En una entrevista con Onda Cero recogida por Europa Press, el ministro ha destacado que las personas deportadas a Marruecos no eran nacionales de este país, de manera que "es la primera vez en la historia" que el reino alauí, en un "gesto extraordinariamente generoso, actúa así".
No obstante, ha incidido en que "ahora hay que buscar una solución duradera para que este incidente no se vuelva a repetir" y para ello, ha señalado que hay "hay tres patas: está España, está Marruecos y está la Unión Euroopea" porque, al fin y al cabo, son sus fronteras las que se están flanqueando.
El ministro ha recordado que el próximo 3 de octubre tendrá una reunión de alto nivel con Marruecos para abordar esta cuestión y ha avanzado que "esta misma semana" estará en Estrasburgo para exponer la situación ante la Unión Europea.
"Las relaciones con el Gobierno del reino de Marruecos y este Gobierno han sido expléndidas desde el primer momento, desde la primera visita al exterior, hablo con ellos prácticamente a diario, y esa colaboración se ha plasmado en varios apectos, como en lucha contra la droga, nos han puesto a nuestra disposición aviones para el incendio de Canarias y ahora nos hemos encontrado con el problema de la Isla de Tierra en el archipiélago de Alhucemas", ha explicado.
Sobre este suceso, García-Margallo ha recordado que se juntaron más de ochenta personas en este islote situado a escasos metros de la costa marroquí y que tras desalojar a Melilla a los niños y las mujeres que estaban "en una situación delicada", era "obvio" que no se podía prestar asistencia a todos los demás.
"Es obvio que en ese islote nosotros no podíamos atender a esas 83 personas, no hay ni agua en la isla, las condiciones por tanto eran de auténtica urgencia, auténtico estado de necesidad", ha recordado, para apuntar que ante esta situación, había dos opciones, llevarles a suelo español habitado o devolverlos a Marruecos.
En su opinión, si se hubiese optado por la primera posibilidad, "habría sido una declaración de que el territorio español estaba abierto". "Nos hubiésemos encontrado en Perejil subsaharianos o en Chafarinas (...) con lo cual, el esfuerzo que estábamos haciendo los dos gobiernos para, de alguna manera, sellar las fronteras de Ceuta y Melilla, se iba a burlar de forma indirecta".
"Provocaría un efecto llamada tremendo y la solución que se adoptó fue de acuredo con un convenio que tenemos con marruecos del año 92. Les pedimos que nos echaran una mano", ha afirmado.