MADRID, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un total de 21 personas han conseguido saltar la valla de Melilla la tarde del jueves tras un intento en grupo que ha dejado a otra treintena en el lado marroquí, según han informado fuentes del Ministerio del Interior. Seis de los inmigrantes que han entrado en la ciudad autónoma han tenido que ser atendidos por la Cruz Roja y se desconoce si hay heridos entre quienes se quedaron al otro lado. En el salto llegaron a participar un centenar de inmigrantes., según ha confirmado la Delegación de Gobierno.
El intento de salto se ha producido sobre las siete de la tarde en la zona de Barrio Chino, donde se ha desplegado un amplio dispositivo policial, según fuentes presenciales. Una veintena de personas se han quedado encaramadas a la valla y allí permanecían subidos a última hora de esta tarde.
Precisamente sobre este asunto hablaba el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, este jueves en la Comisión de Interior del Senado. A su término, en declaraciones a los medios, ha afirmado que el nuevo salto "confirma que sigue existiendo una enorme presión migratoria" y lo ha relacionado con las obras emprendidas en la valla para reforzar el perímetro.
"No ha habido ningún elemento que nos haya permitido decir que se ha reducido la presión migratoria, tal y como sabíamos, precisamente porque se están instalando medidas que van a hacer mucho más difícil la entrada irregular la malla antitrepa", ha señalado.
En su opinión, "todo esto hace que se esté incrementando la presión sobre la valla porque dentro de unos meses cuando la obra esté finalizada será mucho más difícil la entrada a través de ella".
El 'número 2 de Interior' ha incidido en que "la colaboración de Marruecos es y ha sido excepcional" en el control de las fronteras y ha reiterado que la Unión Europea debe implicarse en las mismas, porque "no es un problema que España pueda abordar en solitario".
Durante su comparecencia en el Senado, Martínez se ha referido a los inmigrantes que, como los de Barrio Chino esta tarde, se encaraman a la valla con la esperanza de que por estar en suelo español, se les permita acceder al territorio. Según ha dicho, esperar a que bajen para entregarles a Marruecos no es una devolución en caliente, sino un rechazo en frontera que se produce respetando la integridad de los inmigrantes.
"Si el inmigrante se encuentra encaramado a la valla el rechazo en frontera, evidentemente, no puede consistir en tirarle de la valla, sino en esperar a que descienda de esa primera valla y rechazarle. No hay devolución en caliente sino un rechazo en frontera compatible con la vida y la integridad de los inmigrantes", ha asegurado el número 2 de interior.