La Fundación Félix Rodríguez de la Fuente lanza una campaña para conseguir hábitos de consumo que favorezcan a los ecosistemas
MADRID, 27 Sep. (EUROPA PRESS) -
El 40 por ciento de la sociedad española desconoce el significado del concepto de biodiversidad y, aunque el 80 por ciento de la población sabe que sus hábitos de consumo pueden influir de forma importante en el deterioro de los ecosistemas de su entorno, más del 50 por ciento no sabe nombrar ninguna especie animal o vegetal amenazada, según datos de una encuesta realizada por TNS Demoscopia para la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente.
Con estos datos, la fundación ha puesto en marcha el proyecto ConSuma Naturalidad para "dar respuesta" a varios problemas. El proyecto ha sido financiado por el programa Life+ de la Unión Europea en la categoría de campañas de información y comunicación en la convocatoria 2009 y cuenta con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM).
De este modo, han creado la marca de garantía ConSuma Naturalidad, que dará información complementaria sobre biodiversidad a los consumidores para que puedan tomar una decisión de compra responsable para que puedan colaborar en frenar la pérdida de "biodiversidad productiva" de las razas autóctonas de ganado y variedades vegetales de España, que están destinada a la producción de alimentos.
Con la nueva marca, se podrán identificar los productos agrarios de origen autóctono o local que procedan de buenas prácticas ambientales y que se produzcan, preferentemente, en zonas de la Red Natura 2000 y la Red de Espacios Naturales Protegidos, al tiempo que contribuyan a la conservación de especies silvestres emblemáticas.
Durante la presentación, la presidenta de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, Marcelle Parmentier, viuda del conocido divulgador, ha destacado la importancia de cambiar los modelos productivos derivados de prácticas agrícolas intensivas que usan pesticidas y otros productos dañinos para los ecosistemas, así como recuperar técnicas tradicionales sostenibles. "ConSuma Naturalidad es un proyecto que, en estos momentos de crisis, da fe para cambiar el mundo", ha manifestado.
Por su parte, el secretario de Estado de Medio Rural y Agua del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), Josep Puxeu, ha reclamado el papel "fundamental" de los productores primarios en la conservación de la biodiversidad así como la importancia de conservar y fomentar la biodiversidad productiva, mediante la promoción del cultivo y consumo de especies y variedades autóctonas de frutas, hortalizas y otros alimentos en las zonas de confluencia de la Red de Espacios Protegidos y la Red Natura 2000.
Además, ha recordado que España alberga la mayor biodiversidad productiva de Europa, ya que cuenta con cuatro regiones biogeofráficas distintas y más de 14 millones de hectáreas protegidas (más del 22 por ciento de la Red Natura 2000 en Europa).
IMPULSAR LA ECONOMÍA RURAL
Por eso, ha hecho hincapié en la importancia de fomentar e impulsar la actividad económica sostenible en las zonas rurales, que ocupan el 80 por ciento del territorio y que alberga al 20 por ciento de la población. A su juicio, es preciso un aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, del paisaje, de la cultura y de las tradiciones.
Puxeu ha elogiado el proyecto Consuma Naturalidad porque su objetivo es, por un lado, conservar los espacios naturales protegidos y por el otro, vertebrar el territorio y crear empleo en el medio rural.
Mientras, las directora gerente de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, Fernanda Serrano ha destacado que el objetivo del proyecto es mantener la biodiversidad genética en España como un "mosaico de ecosistemas naturales".
Al acto ha asistido también el chef Darío Barrio que ha defendido un consumo responsable que priorice los productos locales y de temporada y que alerte del riesgo de las modas. "Consumimos lo que está de moda, no lo mejor", ha apostillado.
El proyecto, en definitiva, tratará de mostrar a los ciudadanos su capacidad para frenar la erosión genética, es decir, la pérdida gradual de nuestra biodiversidad productiva, a través de la demanda de estos productos y de su decisión de compra responsable.