Actualizado 17/11/2011 18:10

La AIEA identifica un laboratorio de isótopos en Hungría como posible fuente de radiactividad en Europa


VIENA/BUDAPEST, 17 Nov. (Reuters/EP) -

La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) ha identificado un laboratorio de isótopos en Budapest como posible fuente del yodo-131 que se había detectado en las últimas semanas en el aire de varios países europeos, si bien prosiguen las investigaciones para confirmar plenamente su origen.

Los primeros datos recabados señalan al Instituto de Isótopos, que produce radioisótopos para sanidad, investigación e industria y que habría registrado algún tipo de fuga entre el 8 y el 16 de noviembre. El laboratorio ya ha suspendido su producción como medida de prevención.

El director del instituto, Mihaly Lakatos, ha matizado, sin embargo, que, aunque la emisión de isótopos es mayor de la habitual, no tiene por qué estar relacionada con las trazas de yodo-131 en detectadas Austria, Eslovaquia, Hungría, Alemania, Suecia, Francia y Polonia. La gran distancia entre los distintos hallazgos permitiría "descartar" la relación del laboratorio húngaro con las trazas de todos los países.

Por su parte, el director de la Agencia de Energía Atómica húngara, Jozsef Ronaky, ha señalado que "no se puede descartar" que el instituto sea el origen de la contaminación pero ha advertido de que confirmar al cien por cien algo que de momento es "probable" sería "prematuro". "Establecer si la sustancia detectada en otros países fue emitida por ellos requiere una mayor investigación", ha añadido.

SIN RIESGO PARA LA SALUD

La AIEA ha asegurado en un comunicado que "la causa de la filtración se encuentra bajo investigación". En cualquier caso, ha subrayado, "los niveles del yodo-131 detectado en Europa son extremadamente bajos". "No hay riesgo de salud para la población", ha apuntado.

Así, aunque en altas dosis este tipo de yodo puede causar cáncer, una persona que respire durante todo el año este aire contaminado únicamente recibiría una radiación de 0,1 microsieverts, muy por debajo de los 2.400 microsieverts que de media cualquier ciudadano recibe de otras fuentes.