MADRID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -
Cientos de páginas web de Internet ofertan monos titís, una especie de primate protegida por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) en su Apéndice II, así como otras especies de animales exóticos en peligro de extinción, incluidos en el CITES I y II, según un informe de Proyecto Gran Simio.
El mono tití, que es como se conoce a todas las especies pertenecientes a la familia de los 'tamarinos', ha sido incluido en el Apéndice II, lo que supone que son animales con los que está permitido comerciar aunque bajo vigilancia de sus poblaciones. Según el CITES, estas especies "no están necesariamente amenazadas de extinción pero podrían llegar a estarlo a menos que se controle estrictamente su comercio".
Además, el Real Decreto 1881/1994 sobre Política Sanitaria establece en su artículo cinco que en España "los simios sólo serán objeto de intercambios entre organismos, institutos o centros oficialmente autorizados e irán acompañados de un certificado veterinario que deberá completar el veterinario oficial del organismo, del instituto o del centro origen".
"Si son en cautividad, en teoría podrían venderse, pero existe este decreto de Sanidad en el que se prohíbe la tenencia de cualquier primate a particulares por peligro de contagio de enfermedades transmisibles al hombre y que se está aplicando en toda España", ha señalado el presidente de Proyecto Gran Simio, Pedro Pozas.
RIESGO DE TRANSMISIÓN DE ENFERMEDADES
En esta línea, el teniente Divas del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) destaca en declaraciones a Europa Press que los simios son animales "potencialmente peligrosos" en cuanto al carácter violento y en cuanto al riesgo de transmisión sanitaria. "Hay enfermedades como el ébola que se transmiten con mucha facilidad dada la analogía genética de las dos especies", precisa.
A pesar de esta normativa, en Internet aparecen más de 800.000 resultados cuando se escribe en un buscador la frase "vendo mono tití". La mayoría de estos portales son tablones de anuncios o foros en los que se oferta esta especie de monos por un precio que oscila desde los cero hasta los 1.000 euros.
En Internet no sólo se ofertan animales protegidos por el Apéndice II de la CITES sino que también los hay de los que están incluidos en el apartado I, que significa que se trata de animales sobre los que se cierne "el mayor grado de peligro entre las especies de fauna y de flora recogidas".
Estas especies se encuentran "en peligro de extinción" y la CITES "prohíbe el comercio internacional de animales de esas especies, salvo cuando la importación se realiza con fines no comerciales". No obstante, una oferta del primate incluido en la CITES I, el tití de orejas blancas (Callithrix aurita, por su nombre científico), se encuentra en la primera página de resultados de Internet.
En este sentido, el teniente Divas afirma que, "en sentido estricto", una oferta de mono tití de orejas blancas ya indica comercio, pero precisa que el Seprona no puede denunciar basándose en el convenio CITES, sino que necesita una herramienta jurídica como es el reglamento europeo CE 338/97 que contempla las infracciones.
DELITO A PARTIR DE LOS 18.000 EUROS
Esas infracciones se persiguen en España a través de la Ley de Contrabando que establece que es delito todo aquello que supere los 18.000 euros. "Si estoy comprando algo que cueste 600 euros no es delito de contrabando, salvo que pueda acreditar que es algo repetitivo en la misma persona, que sería un delito continuado, o que está realizado por una organización clandestina", indica.
Además, afirma que el Seprona recibe "muchas denuncias de los ciudadanos" sobre ofertas de especies en Internet. No obstante, advierte de que "hay que cribarlas". "La gente ve anunciado un lince y se escandaliza, pero resulta que puede no ser un lince ibérico sino austral que proceda de un centro de cría autorizado", añade.
Así, explica que "no todo lo que está en Internet es delito", y señala que, dentro del convenio CITES, hay que distinguir entre los tres apéndices que marcan la mayor o menor protección de especies de fauna y flora.
Divas destaca que la problemática que existe a la hora de investigar, es "que no se puede ir más allá de lo que se ofrece, pues inducir a que vendan otra especie distinta sería inducción al delito" y los responsables serían los agentes del Seprona. Su investigación consiste en seleccionar algunos de los anuncios que aparecen en la Red "aleatoriamente, aquellos que pueden dar indicios más preocupantes".
Además, asegura que cuando el Seprona realiza una inspección en materia de CITES a una persona que está vendiendo animales, se le pide la licencia de actividad, se comprueban posibles delitos fiscales y si existe un certificado sanitario. "Cualquier animal que se introduce en España, o viene con certificado sanitario o tiene que sufrir cuarentena", concluye.