La Gomera
EP/CAJACANARIAS

MADRID, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -

Los gatos asilvestrados han contribuido a la extinción de, al menos, el 14 por ciento de los vertebrados en los entornos insulares a lo largo de la historia, al tratarse de una de las especies invasoras "más agresivas", según una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que publica 'Global Change Biology', que recomienda la erradicación de estos felinos en las islas de tamaño inferior a 200 kilómetros cuadrados.

Según el investigador del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología del CSIC, Manuel Nogales, los gatos asilvestrados son "una de las especies invasoras más perniciosas para las comunidades de vertebrados en islas".

Además, según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), su presencia amenaza en la actualidad a la supervivencia del 8 por ciento de las especies de aves, mamíferos y reptiles catalogados en peligro crítico por este organismo.

El estudio se basa en una revisión bibliográfica de 229 caso en 120 islas de todo el mundo y detecta el impacto de estos felinos sobre la comunidad de vertebrados en tres categorías.

La primera de estas es la 'mixta', que refleja si el impacto negativo que producen de los gatos asilvestrados se ve agravado por la acción de otras especies invasoras; en segundo lugar figura la categoría 'alta', que observa las "claras evidencias de su impacto" y, en tercer lugar, la categoría 'fuerte', establece cuando la extinción se atribuye "casi exclusivamente" a la acción de estos felinos de origen doméstico.

De este modo, la investigación del CSIC apunta que la presencia de los gatos asilvestrados ha contribuido a la extinción de 16 especies de vertebrados y supone una amenaza para otras 128 especies incluidas en alguna de las categorías riesgo de la UICN. En la actualidad están presentes en la mayoría de las 179.000 islas aproximadamente que hay en la Tierra.

Para Nogales estos entornos albergan una biodiversidad "muy particular y de gran valor", puesto que muchas de sus especies son endémicas y el territorio insular "suele ser limitado" por lo que califica de "mucho más grave" este tipo de impacto. Asimismo, explica que, a diferencia de las áreas insulares, en los territorios continentales las especies amenazadas tienen la posibilidad de desplazarse a otras zonas y que disponen de varias poblaciones.

LAS ISLAS MÁS AFECTADAS

El estudio señala que a nivel mundial, las regiones insulares más afectadas históricamente por la acción de este felino son las Galápagos (Ecuador), Hawaii (EEUU), algunas islas del Caribe y las Canarias.

Al mismo tiempo, de acuerdo a estos datos, se observa que la biodiversidad de los dos archipiélagos españoles también ha resultado afectada por la acción de los gatos silvestres. Concretamente, habría afectado especialmente a los lagartos gigantes endémicos de La Gomera y El Hierro, catalogados en peligro crítico por la UICN, puesto que "ya sólo habitan en ciertos acantilados donde los gatos tienen difícil su acceso".

Por otro lado, Nogales ha añadido que los europeos han provocado 500 años de impactos, desde que comenzaron a colonizar la mayoría de las islas del mundo a partir del siglo XV y que alcanzó su máximo entre los siglos XVII y XIX.

"En aquella época, los barcos estaban infestados de roedores que eran introducidos en las islas involuntariamente", ha explicado, al tiempo que ha añadido que, frente a esta situación fue "necesario"

introducir gatos para controlar las poblaciones de roedores y salvaguardar sus cultivos y cosechas.

Por ello, en los últimos cinco siglos los gatos asilvestrados se han alimentado "libremente" de especies insulares hasta que se iniciaron los programas de conservación a partir de la década de los años 70.

ERRADICACIÓN 'GATUNA'

En este contexto, el experto del CSIC apuesta por que para evitar los perjuicios de la presencia sobre la biodiversidad en las islas se acometa una "erradicación total de gatos asilvestrados" en las islas con una superficie inferior a 200 kilómetros cuadrados y el control de sus población en las islas de mayor tamaño, donde el perjuicio causado sobre la biodiversidad sea "destacable".

Igualmente, considera que la erradicación de estos felinos debe considerarse como la de cualquier otra especie invasora, porque su presencia puede suponer la extinción de numerosas especies endémicas en el futuro. Por ejemplo, ha subrayado que algunas subespecies del ratón endémico de Baja California (México) se ha extinguido en varias islas, o que ha llevado al lagarto gigante de La Gomera, con una población exigua en la naturaleza, a convertirse en uno de los reptiles más amenazados del planeta.

Durante la investigación, el equipo identificó algunos casos llamativos donde el gato ha jugado un papel fundamental en la extinción de algunos vertebrados, como el del chochín de Stephens (Traversia lyalli) en el Estrecho de Cook (Nueva Zelanda) y la tórtola de Socorro (Zenayda graisoni) en México, cuya especie está extinta en la naturaleza y sus únicos efectivos existentes se encuentran en cautividad.

"Muy frecuentemente nos encontramos ante casos extremos en islas en los que se trata de una cuestión de supervivencia, la especie autóctona versus la invasora", ha concluido el investigador del CSIC.