No suelen ir al médico "salvo urgencias" ni recurrir a la Justicia "por miedo a que no entiendan su problema"
MADRID, 27 Abr. (EUROPA PRESS) -
El secretario general del Comité Para la Integración del Pueblo Chino en España, Carlos Chao, asegura que el país viven "más de 200.000 inmigrantes chinos" de los que "más de 70.000" se encuentran en situación irregular, "condenados a la explotación en la economía sumergida" pese a que muchos "cumplen los requisitos" para obtener el permiso de residencia por arraigo sociolaboral.
En una entrevista concedida a Europa Press, Chao denunció que ante la crisis económica, el Ministerio de Trabajo e Inmigración está "poniendo todo tipo de excusas" para rechazar las solicitudes de regularización de los inmigrantes chinos porque "como hay crisis, no quieren dar papeles" y "lo que hacen es dar luz verde a la economía sumergida".
Según explicó, la mayor parte de los chinos que llegan a España de forma irregular entran en el país con un visado de turista, "pero si no les sale bien, al poco tiempo se van", especialmente los jóvenes, "que no están dispuestos a aguantar tanto y se marchan antes de que pase un año, cuando todavía no han perdido el vínculo laboral y social en China y pueden regresar".
En este sentido, señaló que son "muy pocos casos" los de inmigrantes chinos que se hayan acogido a los programas de retorno asistido que ofrece el Gobierno de España, primero, porque "quienes se van son generalmente los recién llegados", que no tendrían derecho, o quienes "han acabado su vida laboral" que se vuelven a China "por sus propios medios".
RETORNAN LOS MAYORES
Sobre este asunto, Chao dijo que "España podría estar agradecida" porque los ciudadanos chinos suelen retornar a su país cuando alcanzan la edad de jubilación "sin cobrar ni pensión, ni paro, ni nada, aunque hayan trabajado" por lo que "cotizan muchos años" y no reciben nada a cambio.
"Esa es nuestra tradición. Cuando la vida laboral se termina, normalmente el chino vuelve a su pueblo, como en el dicho: Las hojas siempre caen sobre las raíces", señaló Chao, quien bromeó sobre el hecho de que hay "muy pocas lápidas en chino en los cementerios" españoles ya que la mayoría de los chinos, prefiere retornar a su lugar de origen y "morir allí".
No obstante, en los últimos cinco años el colectivo ha registrado otro tipo de retorno, el de los trabajadores de "entre 25 y 35 años" cuyas familias, gracias al crecimiento económico experimentado en China, "ahora tienen un negocio y les llaman para que regresen y ayuden".
INTEGRACIÓN "MUY BAJA"
En cuanto al nivel de integración de esta comunidad, Chao reconoció que es "muy bajo", principalmente por la dificultad del idioma, "aunque están aprendiendo", la discriminación que "a veces se nota" y "las distintas costumbres". Como ejemplo, señaló que los chinos "no entienden que aquí no se les deje dormir en el restaurante".
"Para ellos es malgastar el dinero tener un piso si ya tienen su negocio. Lo llaman calidad de vida pero ¿qué calidad de vida vas a tener si no tienes dinero?", señaló.
No obstante, indicó que "la segunda generación está mucho más preparada" y tiene más fácil integrarse en la sociedad porque están más cualificados. Además, "la cuarta parte de los chinos en España son menores de edad" que se escolarizan en castellano.
Sobre este asunto, Chao destacó que las personas de su nacionalidad "dan muchísima importancia a la educación de los hijos, que tiene que ser mejor que la que ellos recibieron", e indicó que "la mayoría" de los chinos emigrados a España "apuestan por colegios privados" y "hay ya algunos que están cursando estudios superiores, como medicina, derecho o incluso periodismo".
En cuanto al resto de servicios, Chao lamentó que los chinos en España no suelen acudir a la Justicia ni a la Sanidad "porque temen que no les vayan a entender". "Normalmente el chino no va al médico, salvo una urgencia. Si tienen alguna enfermedad a largo plazo, acaban recurriendo a la medicina china, porque a un chino le explica mejor dónde está su problema".
"¿Pedir un intérprete? Bueno, ahora no hay tantos demandantes de estos servicios. No vamos a exigir que el Gobierno local, regional o estatal nos tenga que pagar un intérprete, nos parece un poco abusivo. Estamos luchando por aprender español", apuntó Chao.