MADRID, 13 May. (EUROPA PRESS) -
El Índice de Oportunidades Humanas (IOH) en América Latina y el Caribe (ALC) de 2010, que refleja en qué medida influyen las circunstancias personales en la probabilidad de que un niño acceda a los servicios básicos para tener éxito en la vida, muestra que esta región ha avanzado hacia el objetivo de abrir a todos la puerta al desarrollo pero que al ritmo actual habrá que esperar una generación para que se universalice el acceso a servicios como la educación, el agua potable o la electricidad.
Además, desde la perspectiva de la equidad, los países de ALC están muy lejos del mundo desarrollado y las disparidades en el interior de los países son también amplias y apenas convergen, según el informe, publicado este jueves y elaborado por un grupo de investigadores latinoamericanos con el apoyo del Banco Mundial (BM).
Aunque el IOH ha ido mejorando en la región, lo ha hecho con "lentas y marcadas diferencias entre países", según el estudio. Desde 1995 el crecimiento ha sido de un 1 por ciento anual, un ritmo "insuficiente" ya que, por ejemplo, los países de Centroamérica tardarán 37 años en lograr la universalización de los servicios básicos en educación y vivienda.
Aún así, durante los últimos quince años todos los países de ALC han aumentado las oportunidades que dan a los niños, y la mejora más acelerada se ha dado en México. Actualmente, el país con un IOH más alto es Chile (95 de 100), seguido de Uruguay, México, Costa Rica, Venezuela --estos cinco con modelos de desarrollo muy diferentes--, Argentina, Jamaica, Ecuador, Colombia y Brasil. Por debajo de la media regional (77) se sitúan República Dominicana, Paraguay, Panamá, Perú, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras (51).
A algunos países les va muy bien en unos servicios pero no en otros. Así, Jamaica tiene el IOH más alto en educación pero se sitúa en un puesto medio en vivienda, y los niños de ALC tienen más posibilidades de estar matriculados en una escuela que de terminar el sexto curso a tiempo (lo que indica, según los autores, que la asistencia a clase no garantiza el aprendizaje).
COMPARACIÓN CON PAÍSES DESARROLLADOS
Al comparar los países de ALC con naciones desarrolladas de otras partes del mundo, se descubre que incluso los que obtienen mejores puntuaciones en el ámbito de la educación --según el Programa Internacional de Evaluación del Estudiante (PISA) de la OCDE-- se encuentran muy por debajo de los países europeos y norteamericanos peor situados en el ranking.
Los autores del IOH explican que esta brecha no se debe sólo a que los países avanzados proveen más servicios educativos, sino también a la forma "relativamente injusta" en que se distribuyen estos servicios en ALC, donde los niños obtienen mejores resultados en las pruebas del PISA cuanto más rica es su familia.
En cuanto a los servicios de vivienda, la región "tiene mucho por hacer", dice el informe, ya que la oportunidad de vivir en una casa con servicios sanitarios o sin hacinamiento depende mucho de las circunstancias personales. En ambos aspectos, sólo unos pocos países superan la puntuación media europea, y esto también se debe a una distribución injusta en aquella región, más que a una mayor cobertura en Europa.
DENTRO DE CADA PAÍS
También dentro de cada territorio nacional hay situaciones muy distintas. Por ejemplo, el archipiélago de Tierra de Fuego (en el extremo meridional de América del Sur) posee el mejor IOH de toda la región (96), mientras que en el extremo contrario se sitúa la costa atlántica de Nicaragua (29).
Por otro lado, todas las capitales nacionales obtienen mejores puntuaciones que el resto de sus respectivos países, y la diferencia es mayor cuanto más bajo sea el nivel de IOH a nivel nacional.
Aunque hay señales de convergencia, es un proceso lento, asegura el informe, que precisa que las regiones más atrasadas tienden a mejorar más rápidamente en cuanto a proveer oportunidades a sus poblaciones.
Por último, cuanto más grande sea el país o más descentralizado esté, mayor es la dispersión del IOH entre sus regiones. Aunque los autores consideran que la descentralización parece haber ayudado a reducir la inequidad regional, creen que ha sido más eficaz en educación que en vivienda.
CONCLUSIONES
Una de las principales conclusiones del estudio es que "las circunstancias personales todavía importan mucho para los niños" de América Latina y el Caribe. Concretamente, el nivel de educación de los padres de un niño (sobre todo de la madre) "muy probablemente" determinará el de su hijo, y el lugar donde nace una persona es el indicador que mejor puede predecir si accederá a una infraestructura básica.
Otra conclusión es que, a pesar de sus esfuerzos durante la última década, los gobiernos de la región no han logrado mejorar mucho la equidad. Según el informe, sólo una décima parte del avance medio del IOH se puede atribuir a una asignación más justa de los servicios, es decir, está relacionado con mejoras en los sistemas de focalización del gasto público social. La gran mayoría de las nuevas oportunidades han surgido gracias a cambios en las circunstancias personales.
¿QUÉ SE PUEDE HACER?
El director de Política Económica y Programas de Reducción de Pobreza del Banco Mundial en América Latina, Marcelo Giugale, dijo durante la presentación del estudio en Madrid que ALC "sigue siendo la región más desigual del mundo", más que la zona más pobre del mundo, el África subsahariana.
Explicó que esto ha llevado a una "polarización política" en ALC respecto al papel que debe desempeñar el Estado. Mientras la izquierda considera que debe redistribuir la riqueza, la derecha opina que su obligación es proteger la propiedad privada. "En lo que no existe desacuerdo es en la necesidad de ofrecer a todos los latinoamericanos las mismas oportunidades, como una cuestión de justicia social o como un llamamiento al esfuerzo personal", aseguró.
Giugale manifestó que aunque la igualdad es un tema polémico, el concepto de equidad cuenta con el apoyo de todo el espectro político latinoamericano. Por ello, el informe propone que la política social busque la equidad, donde hay consenso.
Para lograr ese objetivo, a lo largo de la vida del individuo la acción de la administración pública debe centrarse en garantizar su salud desde el embarazo y en los primeros años de vida para luego garantizar su acceso a la educación preescolar e intentar que alcance unos niveles mínimos de lectura y pensamiento crítico, de acuerdo con el estudio.
En la adolescencia, la administración pública debe garantizar al individuo su seguridad física y ofrecerle educación reproductiva, y por último, durante la etapa adulta lo prioritario es que el individuo tenga personalidad jurídica y así pueda votar, acceder a la justicia o tener títulos de propiedad.
Por último, los investigadores afirman que la lucha por la equidad puede contribuir a mejorar la focalización de los subsidios, es decir, que permitiría acabar con la "vieja práctica latinoamericana" de "dar asistencia sin tener en cuenta si el beneficiario la necesita, un método intrínsecamente injusto".
La ex presidenta chilena Michelle Bachelet, que se mostró orgullosa por los buenos resultados de Chile en el IOH, destacó que ofrecer oportunidades a la infancia es "la mejor inversión que puede hacer un país" porque permite tener "sociedades más justas" y "afrontar las desigualdades".
"Si los niños crecen bien, el país crece bien", aseguró Bachelet, que detalló algunas de las medidas que tomó su gobierno y que permitieron mejorar las oportunidades que tienen los niños en Chile. La ex presidenta lamentó que a menudo en América Latina los niños no suelen ser una prioridad en las políticas públicas "porque no votan".