GIRONA 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un jurado popular declaró, contra todo pronóstico, esta mañana no culpable por falta de pruebas al acusado por el caso de la mujer que murió quemada viva en Calonge (Girona) en octubre de 2006, ya que considera insuficientes las pruebas presentadas durante el juicio para demostrar su culpabilidad.
El jurado no tuvo dudas y declaró, por unanimidad, que el acusado no la quemó viva y que tampoco provocó intencionadamente ningún incendio en el piso que compartía con la víctima y que acabó con la vida de ésta, ya que sufrió quemaduras en el 97 por ciento del cuerpo.
Según el jurado las pruebas periciales y testificales --que en opinión del fiscal incriminaban al acusado-- como el hecho de que no se hubiera encontrado el origen del fuego, los restos de gasolina que recogió la policía o los testigos que oyeron a la víctima decir que el procesado la roció de gasolina y le prendió fuego, "no dan garantías absolutas y son insuficientes para pensar que el acusado es culpable".
Además, el jurado desmontó otra de las pruebas básicas del fiscal, la versión de los testigos presenciales, ya que la consideran "distorsionada por el eco mediático y por el tiempo que ha pasado".
También sostuvo que la víctima "no tenía suficiente capacidad de razonamiento" antes de morir, con el 97 por ciento del cuerpo quemado, cuando aseguró: "Mi novio me ha rociado de gasolina y me ha quemado".
El jurado también destacó, a favor del acusado, la coherencia de su testigo, ya que mantuvo una misma postura desde el inicio de la instrucción judicial. Además, consideró que no tenía motivos para matarla ya que diferentes testigos aseguraron que tenían buena relación de pareja.
Sobre el hecho que la víctima tuviera gasolina en la boca, según contaron algunos testigos durante el juicio, y que la autopsia corroborara que tenía líquido inflamable en el estómago, el jurado consideró que no había quedado probado que nadie le lanzara ese líquido o que fuera ella quién voluntariamente lo bebiera.
Ante el veredicto del jurado popular, la magistrada decretó su absolución y ordenó que lo dejaran en libertad inmediatamente, tras haber permanecido en prisión preventiva desde que fue detenido. El fiscal pedía 20 años de cárcel para el acusado.