Actualizado 27/08/2009 21:21

Un bosque de 100.000 árboles artificiales reducirá las emisiones de CO2 en menos de 15 años

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MADRID 27 Ago. (EUROPA PRESS) -

Un bosque de 100.000 árboles artificiales reducirá las emisiones de CO2 en menos de 15 años, según un equipo del Intituto de Ingenieros Mecánicos (Inglaterra), que asegura que la creación de un bosque de 100.000 árboles artificiales "podría contribuir a reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en diez o 15 años" y advierte que sin la Geoingeniería "será imposible hallar una solución efectiva al cambio climático", ya que es una ciencia "vital" para combatir los efectos del fenómeno.

Así, en una investigación recogida por la BBC, los expertos alertan de que el Planeta "sólo dispone de unas pocas décadas para reducir los gases contaminantes", pues existe una cantidad tan elevada de CO2 en la atmósfera que un peligroso incremento de la temperatura global en los próximos años "parece inevitable". Además, demandan un esfuerzo conjunto de la sociedad en materia de sostenibilidad ambiental y de adapatación al calentamiento global.

"La Geoingeniería no debe considerarse como la única solución porque no puede actuar de forma aislada, hay que contemplar otras muchas acciones", explica uno de los autores del estudio, el ingeniero Tim Fox, quien señala que aunque los árboles artificiales son todavía un "prototipo", su diseño, en términos de automatización y materiales que se utilizarán, se encuentra en una fase "muy avanzada".

Por su parte, el experto de la Universidad de East Anglia (Inglaterra) Nem Vaughan, apunta la existencia de dos tipos de geoingeniería. "La primera categoría intenta el enfriamiento de la Tierra esquivando el reflejo solar, pero eso sólo consigue enmascarar el problema, mientras que la segunda, por la que nosotros abogamos, pretende eliminar el carbono de la atmósfera y almacenarlo", detalló.

UN FILTRO QUE CAPTURA CO2

La propiedad de estos árboles consiste en un filtro que captura las emisiones y las elimina del aire, según destacan los expertos, quienes aseguran que en un periodo de tiempo "relativamente corto" se podrán producir en masa y expandir su utilización por el mundo. No obstante, reclaman el desarrollo de infraestructuras y tecnologías "dirigidas al almacenamiento de estos gases".

Igualmente, los ingenieros se comprometen a seguir investigando y piden al Gobierno británico que contribuya con más de once millones de euros para financiar análisis efectivos y para cargar con los riesgos y los "elevados" costes de la geoingeniería. "Nuestro propósito es que este método sea implantado en gran parte de nuestros paisajes en los próximos diez o 20 años", aseguró.