Actualizado 17/09/2008 18:23

Una de cada tres llamadas al teléfono ANAR se debe a la violencia ejercida sobre un menor "en cualquiera de sus formas"

Este recurso atendió un total de 202 casos de abuso sexual a menores en 2007

MADRID, 17 Sep. (EUROPA PRESS) -

El 33 por ciento de las llamadas al teléfono de la Fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes se debe a la violencia ejercida sobre menores "en cualquiera de sus formas" --bullying, maltrato físico y psicológico, abuso sexual o abandono--, según el 'Informe 2007 sobre la situación de la Infancia y la Adolescencia en España', presentado en Madrid, a partir del análisis de las 118.411 llamadas atendidas.

"Los niños viven rodeados de violencia", sentenció el director de programas de la Fundación ANAR, Benjamín Ballesteros, para añadir, que la violencia doméstica está muy presente en el entorno del menor (16% de las llamadas), lo que, a su juicio, "demuestra que también son víctimas invisibles y que en muchos casos se están formando como futuros adultos violentos". Por ello, para "erradicar" este problema el informe recomienda la creación de una cultura de buen trato, tanto en las familias como en los centros escolares.

Si bien el abuso sexual representa el 5,1 por ciento de las llamadas atendidas principalmente a adultos, el estudio revela que este teléfono atendió 202 casos de abuso sexual en 2007. "Detrás de cada una de estas llamadas hay una auténtica tragedia", señaló Ballesteros. "Hay que tener especial cuidado con las nuevas tecnologías, poner el ordenador en un sitio visible del hogar, no comprar webcam, limitar los horarios de uso o enseñarles a que defiendan su propia integridad", recomendó.

Otra de las principales conclusiones del informe "que se mantiene sin mejorar" son los problemas de relación y de comunicación de los menores con sus progenitores y familiares (22,2% de las llamadas). Así, la falta de entendimiento, las dificultades para llegar a acuerdos, el tabú sexual, "alejan a los jóvenes a buscar ayuda fuera del entorno familiar", indicó Ballesteros, quien señaló que "no hay que culpabilizar a los padres pero si pedirles que hablen y escuchen sin prejuicios a sus hijos".

Los problemas en el colegio, como la violencia en el aula o 'bullying', es para los autores del informe "un asunto del que parece que hay cada vez más conciencia social", pero es el segundo motivo de llamada de los adultos (9,8% de los casos) y uno de los principales problemas que preocupan a los niños (12,4% de las llamadas). "Este tema continúa estando presente en la infancia y adolescencia, lo que significa que hay que seguir formando para que disminuya", indicaron.

La sexualidad es, asimismo, otra preocupación de los menores (10,5% de las llamadas), sin embargo, no lo es tanto para los adultos , ya que sólo representa el 0,9 de las mismas. En este sentido, el director de Programa señaló que los adultos "deben normalizar la sexualidad dentro del hogar y hablar de ella como un fenómeno natural que nos ocurre a todos los seres humanos".

"SE AGRAVAN LOS PROBLEMAS DE CONDUCTA"

El trabajo llama la atención sobre el incremento de las llamadas de los adultos por los problemas de conducta de sus hijos (9%), que se ven "incapacez" de controlarles, junto a la presencia de comportamientos agresivos en la familia y el colegio, la no aceptación de normas y límites, o los comportamientos inadaptados socialmente. Así, el informe advirte que "el exceso de permisividad en la educación de los hijos trae consigo que no aprendan a tolerar la frustración y el respeto a las normas".

Asimismo, en el caso de los adultos, destacan los problemas relacionados con la separación (14,4%) y acuden a este teléfono con el objetivo de recibir asesoramiento desde el punto de vista jurídico. Sin embargo, este problema afecta al 3,6 por ciento de los menores, que a diferencia de sus padres "les preocupa desde un plano afectivo y sentimental", indicó Ballesteros.

Según explicó el director del Teléfono ANAR, Luis Estebaranz, del total de llamadas recibidas (118.411), hubo 9.411 derivaciones sociales y 3.362 derivaciones judiciales por parte de los profesionales que atienden el teléfono, que derivaron a algún recurso social y jurídico ante la imposibilidad de resolver directamente los problemas planteados. También fueron necesarias 167 intervenciones "ante situaciones extremas de riesgo del menor, como maltrato físico, abandono, fuga, intento de suicidio o abuso sexual", explicó.