Actualizado 06/08/2009 18:26

Un cambio climático dejó hace 50 millones de años una fuerte huella en la biodiversidad

paisaje manglares
CSIC

MADRID 6 Ago. (EUROPA PRESS) -

Un período de calentamiento global que ocurrió de 53 a 47 millones de años atrás influyó enormemente en las plantas y animales y estimuló un incremento de la biodiversidad en el oeste de América del Norte, según informan los investigadores de tres museos en un artículo que publica esta semana en Internet la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS).

"Hoy el centro de Wyoming es un vasto desierto y todo lo que uno ve es unos pocos antílopes y ciervos", dijo el autor principal, Michael Woodburne, custodio honorario de Geología en el Museo del Norte de Arizona. "Pero hace 50 millones de años cuando las temperaturas estaban en su máximo, ésta era un área de jungla tropical húmeda en la que pululaban primates similares a los lemures, caballos pequeños y numerosos roedores pequeños de los bosques y otros mamíferos. De hecho, había más especies de animales que vivían en la parte oeste de América del Norte en esa época que en cualquier otro período".

Woodburne y los coautores Gregg Gunnell, del Museo de Paleontología de la Universidad de Michigan, y Richard Stucky, del Museó de Naturaleza y Ciencia de Denver, examinaron los datos de las temperaturas antiguas y la información sobre plantas y animales fósiles que habitaron América del Norte durante el eoceno y encontraron que la diversidad aumentó y disminuyó con el incremento y la caída de las temperaturas.

El eoceno comenzó hace unos 65 millones de años con un período corto de aumento de las temperaturas durante el cual muchos grupos modernos de mamíferos aparecieron por primera vez en América del Norte probablemente migrando de otras áreas. El período que estudiaron los investigadores, llamado 'Óptimo Climático del Eoceno Temprano' se inició unos tres millones de años más tarde e incluyó un incremento a largo plazo de la temperatura acompañado por un aumento a largo plazo de la diversidad.

Durante ese período, cuando las temperaturas medias anuales pasaron de unos 15 grados a unos 23 grados Celsius (60 a 73 grados Fahrenheit) la vegetación cambió y aparecieron muchas formas nuevas de plantas, y la diversidad de los mamíferos creció de unos 90 géneros a la cifra más alta de todos los tiempos de 104 géneros, según determinaron estos investigadores.

"Ésta es también la parte del eoceno cuando vemos el mayor número de apariciones nuevas de mamíferos debidas a la innovación evolucionaria más que a la inmigración", dijo Stucky, quien es curador de paleocología y evolución en el Museo de Naturaleza y Ciencia de Denver. Más de treinta roedores, carnívoros, primates y artiodactilos (el grupo que incluye ovejas, cabras, camellos, porcinos, bovinos, ciervos, jirafas y antílopes entre otros) aparecieron en el escenario.

Pero cuando las temperaturas disminuyeron nuevamente, el número de géneros de mamífero bajó a 84, con la pérdida completa de muchos grupos de mamíferos que habían estado muy bien representados. Las temperaturas más bajas y el clima más seco continuaron influyendo en la evolución de mamíferos y plantas a medida que empezaron a surgir los hábitat de sabana.

Hasta esta investigación la mayoría de los paleontólogos que han estudiado los vertebrados norteamericanos creía que el clima sólo había desempeñado papeles secundarios en el sustento de la evolución de mamíferos durante el paleoceno y el eoceno (de 65 a 35 millones de años atrás), y que sólo al final del eoceno, cuando comenzaron las glaciaciones árticas, el clima de la Tierra se deterioró lo suficiente como para causar cambios observables en la diversidad de los mamíferos terrestres.

"Nuestro estudio documenta el hecho de que el cambio climático global tuvo un impacto de gran escala sobre plantas y animales", dijo Gunnell, científico investigador asociado y coordinador de la colección de vertebrados en el Museo de Paleontología de la UM. "Algunas plantas y animales medraron en tanto que otras sufrieron". Cuando se considera el calentamiento global actual, dijo Woodburne, "la cuestión es en qué parte de este panorama quedará la humanidad"