Actualizado 29/09/2009 16:36

La explotación sexual de los menores aumenta en el sureste de Asia y los Gobiernos no los protegen

Turismo sexual infantil (Camboya)
GEISA

MADRID 29 Sep. (EUROPA PRESS) -

La explotación sexual de los menores con fines lucrativos está en auge en el sureste de Asia, y los Gobiernos de la región no hacen lo suficiente por proteger a los jóvenes, según denunciaron este martes varios expertos recogidos por la agencia de noticias humanitarias de la ONU, IRIN.

"La crisis económica está poniendo a un número de niños y jóvenes cada vez mayor a merced de la explotación por la red de comercio mundial de sexo", afirmó la directora ejecutiva de la organización Fin a la Prostitución Infantil, la Pornografía Infantil y el Tráfico de Niños (ECPAT), Carmen Madrinan.

"La indiferencia que sostiene la criminalidad, así como las demandas codiciosas y perversas de los adultos para mantener relaciones sexuales con menores, tienen que terminar", añadió.

Entre los factores que aumentan la vulnerabilidad de los niños, según un informe del grupo, se encuentra el aumento de la pobreza, la escasez de presupuesto para los servicios sociales y las leyes migratorias en "los países de destino" (que animan a los niños a evitar su detección).

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que el turismo sexual contribuye entre un dos y un 14 por ciento al PIB de Indonesia, Malasia, Filipinas y Tailandia. De acuerdo con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), se estima que 1,8 millones de niños, principalmente niñas, entran en el comercio sexual cada año.

Otra encuesta de UNICEF indica que entre el 30 y 35 por ciento de los que ejercen la prostitución en la región del Mekong tienen entre doce y 17 años. Los niños que viven en la calle y los menores apátridas son extremadamente vulnerables a la explotación sexual comercial, según la jefe del departamento de protección infantil de UNICEF para Tailandia, Amanda Bissex.

"Necesitamos mejorar la legislación y el bienestar económico de los niños", aseguró Bissex, "pero también necesitamos tratar las actitudes de la gente y crear un clima donde exista tolerancia cero para el abuso de los menores, ya sea en su país o en el extranjero".

A principios de este año, la Oficina de Naciones Unidas para las Drogas y el Delito (UNODC) subrayó en su Informe Global sobre el Tráfico de Personas que el 79 por ciento de todo el tráfico del mundo es para explotación sexual. El documento también señalaba que la proporción de menores implicada en diferentes formas de tráfico humano aumentó desde un 15 por ciento a un 22 por ciento entre 2003 y 2007.

La organización ECPAT también ha alertado de que el número de niños y jóvenes que sufren tráfico de personas dentro de sus países está en aumento. Este tráfico suele implicar el desplazamiento desde las zonas rurales a las urbanas o de una ciudad a otra, sin necesidad de llevar documentación para viajar. Esta explotación, indica la organización, probablemente prolifere debido a los beneficios que consiguen los traficantes.