La inclusión total de los menores con discapacidad en el sistema educativo ordinario todavía no es una realidad

MADRID 2 Dic. (EUROPA PRESS) -

La inclusión total de los menores con discapacidad en el sistema educativo ordinario sigue siendo una asignatura pendiente en España debido a la falta de convicción de los propios agentes educativos --políticos, directores de centros o profesores, entre otros-- de que se trata de un derecho reconocido en el artículo 27 de la Constitución Española y en la actual Ley Orgánica de Educación (LOE).

Así lo indican varias organizaciones con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, que se celebra este sábado. "Conviene recordar que la inclusión es un derecho y por tanto no es algo discutible, sino que hay que cumplirlo", ha señalado el responsable del Área de Calidad de Vida de la Confederación Española de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual (FEAPS), Javier Tamarit.

El proceso de inclusión educativa --enseñanza que se imparte a niños, jóvenes y adultos con discapacidad dentro del sistema común de educación-- parte de la Ley de Integración Social de los Minusválidos (LISMI) de 1982, que estableció un programa de integración en la enseñanza. No obstante, hasta la Ley Orgánica de Educación de 2006 no se dedica un capítulo al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo.

En el sistema educativo español hay un total de 30.643 alumnos con necesidades educativas específicas, según los últimos datos del Ministerio de Educación, que corresponden al curso 2009-2010. De ellos, 25.814 (84%) están matriculados en centros específicos de Educación Especial y 4.829 (15,7%) en centros educativos ordinarios. La mayoría de estos últimos (4.142) asiste a centros públicos y 687 a privados.

El problema de la inclusión no se soluciona únicamente con más recursos o profesionales especializados. A juicio de este experto, conviene "repensar" el modelo educativo actual para que, en lugar de que prepare a los alumnos en sólo en la adquisición de conocimientos, les prepare también "para tener su propio proyecto de vida".

Si bien reconoce que se han hecho "avances" en este sentido en los últimos años, sobre todo en recursos y formación de los educadores, todavía falta que directores de escuelas, profesores o políticos "crean en este derecho inalienable".

"LA INCLUSIÓN DE UN NIÑO ES UNA LOTERÍA"

En este sentido, advierte de que "lamentablemente", es una "lotería" que un niño con discapacidad intelectual se sienta integrado y feliz en un centro ordinario. "La verdadera educación es cuando los niños se sienten uno más del grupo, bien tratados y considerados y no se les achacaba la discapacidad", ha añadido.

Tamarit ha señalado, además, que en el proceso de integración de los menores con discapacidad FEAPS propone que haya un mayor contacto entre los alumnos de los centros de Educación Especial y los de los centros educativos ordinarios y compartan proyectos o actividades "para que aprendan unos de otros". "Todos deben saber que la capacidad es una situación transitoria en la vida", ha apostillado.

A este asunto de la inclusión también se ha referido la Federación de Enseñanza de UGT (FETE-UGT), con motivo del Día Internacional de Personas con Discapacidad, que señala en un comunicado que existen "enormes deficiencias" tanto de recursos técnicos como humanos para cubrir las necesidades de escolarización de este colectivo.

Así, FETE-UGT reivindica la eliminación de barreras arquitectónicas en todos los centros educativos, la adaptación del transporte escolar, ampliación de los equipos de orientación psicopedagógicos, mayor participación de los alumnos con discapacidad en las actividades complementarias y extraescolares; identificación temprana de sus necesidades educativas, recursos humanos, didácticos y tecnológicos que permitan ofrecer respuestas adecuadas y la utilización de adaptaciones curriculares individuales, entre otras propuestas.