Los detenidos relatan palizas, descargas eléctricas, humillación sexual y amenazas durante su encarcelación
NUEVA YORK, 18 Jun. (EUROPA PRESS) -
La ONG estadounidense Médicos para los Derechos Humanos confirmó este miércoles en un informe basado en pruebas médicas, que las autoridades militares estadounidenses torturaron al menos a once de sus prisioneros en las cárceles de Afganistán y los centros de Abu Ghraib (Irak) y Guantánamo (Cuba). Todos ellos manifiestan "claros" síntomas de haber sufrido turturas tanto físicas como psicológicas, incluidas palizas, descargas eléctricas, privación de sueño, humillación sexual, sodomía y muchos otros maltratos.
El trabajo de la organización recoge en más de 120 páginas los resultados de los dos días de pruebas médicas a las que fueron sometidos estos once ex prisioneros del ejército estadounidense, ninguno de los cuales llegó a ser acusado formalmente. El prólogo del informe está redactado por por el general estadounidense retirado Antonio Taguba, quien lideró la investigación sobre los abusos cometidos en la prisión iraquí de Abu Ghraib en 2003 y que concluye en el texto que "no hay ninguna duda de que la actual Administración cometió crímenes de guerra. La única cuestión es si aquellos que ordenaron las torturas rendirán cuentas".
Puesto que sólo 11 detenidos han sido examinados, "los resultados de su evaluación no pueden ser generalizados al tratamiento recibido por todos los detenidos bajo custodia de Estados Unidos", indica el informe, que añade que, sin embargo, los datos documentados son consistentes con los resultados de otras investigaciones similares.
Esto hace que sea "razonable concluir que estos detenidos no hayan sido los únicos maltratados", y que sean "representativos de un número mayor de detenidos sujetos a tortura y trato vejatorio" durante el tiempo que pasaron bajo custodia norteamericana, señala la organización.
DETENIDOS EN IRAK Y AFGANISTÁN
Cuatro de los hombres examinados fueron detenidos en Afganistán o trasladados luego a este país entre finales de 2001 y a principios de 2003 fueron llevados al centro de Guantánamo, donde estuvieron retenidos tres años y después liberados sin cargos, según el informe. Los otros siete fueron capturados en Irak en 2003 y puestos en libertad en un año.
Todos ellos dijeron a los médicos de la organización que durante su captura fueron sometidos a múltiples formas de tortura o tratamiento vejatorio que "a menudo ocurría durante largos periodos de tiempo".
Aunque el informe incluye resúmenes de las entrevistas que mantuvo Médicos para los Derechos Humanos con los detenidos, la organización no incluye sus historiales médicos. Además, la CNN resalta que no hay forma de saber si alguno de ellos tenía problemas médicos o psicológicos antes de su arresto.
Entre los ex prisioneros de los que habla el informe está un iraquí de entre 40 y 50 años, identificado sólo como Laith, a quien los soldados estadounidense detuvieron en octubre de 2003 y fue liberado de Abu Ghraib en junio de 2004. Según el documento, este hombre fue sometido a privación de sueño, descargas eléctricas y amenazas de abuso sexual a él o a su familia.
"Me quitaron incluso mi ropa interior. Me pidieron que adoptara posturas humillantes para que pudieran sacar fotografías... Intentaban hacerme parecer un animal", explica Laith en el informe.
AMENAZAS CONTRA SU FAMILIA
En su testimonio, el iraquí asegura que las experiencias más "dolorosas" fueron las amenazas contra su familia. "Me decían '¿Has oído alguna vez voces de mujeres en esta prisión? Entonces oirás a tus madres y hermanas cuando las violemos'", añade.
Según los médicos que le examinaron, Laith "parece haber sufrido graves y duraderas heridas físicas y psicológicas como resultado de su arresto y encarcelación en la prisión de Abu Ghraib".
Otro de los detenidos, Yousef, fue capturado por el Ejército estadounidense hace casi siete años cuando intentaba entrar en Afganistán procedente de Pakistán sin pasaporte, señala el informe. En un primer momento estuvo en una cárcel afgana, donde afirma que fue "desnudado, intimidado con perros, encapuchado y lanzado contra una pared en repetidas ocasiones".
Meses después, fue trasladado a Guantánamo, donde fue sometido a interrogatorios dentro de su celda, en la que le obligaban a tumbarse en el suelo boca abajo y atado de pies y manos. Según explica, querían que confesase una relación con los talibán.
El informe termina pidiendo al Gobierno estadounidense una disculpa formal a los detenidos sometidos a torturas y tratamiento vejatorios por parte del Ejército desde el otoño de 2001 en Afganistán, Irak, Guantánamo y otros lugares.