JERUSALÉN, 4 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Israel podrá sentenciar a hasta tres años de cárcel a los inmigrantes ilegales con la entrada en vigor este domingo de una ley migratoria. Además, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha ordenado acelerar la deportación de unos 25.000 inmigrantes africanos.
La portavoz del Ministerio del Interior hebreo, Sabine Haddad, ha aclarado que las autoridades israelíes pretenden reducir así el flujo de inmigrantes que llegan al país, ya que amenaza la naturaleza eminentemente judía, según informa Reuters.
En los últimos tres años, la llegada de inmigrantes procedentes de África ha aumentado de forma exponencial, con un promedio de 2.000 personas mensuales desde diciembre. A día de hoy, unas 60.000 personas procedentes del continente africano residen en Israel.
"El problema de los infiltrados debe ser resuelto y lo resolveremos", conminó el pasado mes el primer ministro hebreo. Pero, en este contexto, Netanyahu ha urgido a su Gobierno a que acelere la extradición de unos 25.000 inmigrantes ilegales procedentes de Sudán del Sur, Costa de Marfil, Ghana y Etiopía.
Esta decisión ha sido tomada en el Consejo de Ministros celebrado este domingo, aunque se han valorado cifras aún mayores, pero aquellas personas de nacionalidad sudanesa o eritrea no pueden ser deportados por motivos humanitarios.
DOS GRUPOS DE INMIGRANTES ILEGALES
Fuentes del Gobierno israelí han puntualizado al diario 'Haaretz' que existen dos grupos de "infiltrados": el primero de ellos está compuesto por personas con cuyos países de origen, Israel mantiene unas buenas relaciones diplomáticas, por lo que no habría problema para su repatriación. De los 60.000 inmigrantes ilegales que hay en el país, según estiman las autoridades hebreas, a este grupo pertenecen unos 25.000.
En el segundo de los grupos se encuentran aquellas personas que no pueden ser deportadas porque Israel podría poner en peligro sus vidas. Este es el caso de eritreos, sudaneses o somalíes.
No obstante, Netanyahu ha sido tajante. "Cualquiera que pueda ser repatriado, debe hacerse lo más rápido posible", ha emplazado el primer ministro a su gabinete. En este sentido, fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores hebreo han ahondado que las deportaciones de aquellas personas pertenecientes al primer grupo se realizarán incluso mediante la fuerza en caso de que sea necesario o su país de origen no le provea de los documentos migratorios pertinentes.
Los centros de alojamiento y detención de inmigrantes ilegales se han quedado pequeños ante la ola de personas que han emigrado hacia Israel. De hecho, tampoco han concluido las obras de construccion de un complejo aprobado el año pasado.