MADRID 5 Mar. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Sanidad de Jordania, Abdul Latif Wreikat, ha descrito como "alarmante" el número de enfermedades infecciosas detectadas en los refugiados sirios que han entrado en el país y ha señalado que el coste de los tratamientos es superior al que el país puede sustentar.
Wreikat ha indicado asimismo que estas enfermedades no está delimitadas a los refugiados que se encuentran en los campamentos y ha especificado que han sido detectadas también entre los ciudadanos sirios que residen en las localidades del país.
Así, ha indicado que 41 sirios han sido diagnosticados con tuberculosis, 39 con hepatitis y siete con sida, según ha informado el diario 'The Jordan Times'. Wreikat ha resaltado que algunas de ellas son consideradas como "una amenaza" por el sistema sanitario jordano.
"Hemos conseguido erradicar algunas enfermedades en Jordania, incluyendo la polio y la malaria, pero ahora hay casos entre los (refugiados) sirios", ha manifestado. En base a los datos publicados por el ministerio, el 30 por ciento de los refugiados mayores de 45 años tienen una o más enfermedades crónicas, entre las que se incluyen la diabetes, los desórdenes cardiovasculares y el cáncer.
Las afirmaciones de Wreikat se han producido en un día en el que otros 1.750 ciudadanos sirios han entrado en el país, elevando a 7.500 las entradas en los últimos cuatro días, según los datos facilitados por el Ejército jordano.
Alrededor de 420.000 sirios han entrado en el país desde el inicio del conflicto en marzo de 2011, si bien la cifra se ha incrementado drásticamente en las últimas semanas a causa del recrudecimiento de los enfrentamientos entre opositores armados y fuerzas de seguridad en las zonas cercanas a la frontera.
A finales de febrero, el Gobierno de Jordania puso en marcha los preparativos necesarios para abrir un tercer campamento de refugiados para acoger al flujo de ciudadanos sirios que entran en su territorio. Las nuevas instalaciones estarán ubicadas entre el campamento de refugiados de Zaatari, situado en la región fronteriza de Mafraq, y el campamento de Mreijib al Fhoud, ubicado cerca de Zarqa.
El único campamento de refugiados del país es el de Zaatari, que ya supera ampliamente su capacidad para 60.000 personas. En las últimas semanas, las autoridades han acelerado sus esfuerzos para abrir el segundo campamento, pero el proceso se ha estancado debido a la falta de financiación.
A mediados de enero, el Gobierno jordano señaló que está preparado para cerrar su frontera con Siria "como último recurso" en caso de que el conflicto en el país amenace con expandirse o si la situación humanitaria se agrava, aunque subrayó que mantendrá por el momento las puertas abiertas a los cientos de refugiados que llegan al país a diario.
Naciones Unidas calcula que desde marzo de 2011, cuando comenzó el levantamiento popular contra el Gobierno de Bashar al Assad, unas 70.000 personas han muerto a causa de los combates entre las fuerzas gubernamentales y rebeldes en Siria.
El Gobierno atribuye gran parte de las víctimas a los grupos terroristas que actúan en el país árabe --según ha denunciado insistentemente-- con la financiación y el apoyo material de Arabia Saudí, Qatar y Turquía, entre otros.