MADRID 24 Jun. (EUROPA PRESS) -
La ONG Human Rights Watch (HRW) ha denunciado este lunes en un comunicado los abusos que sufren los menores inmigrantes a manos de las autoridades indonesias en diferentes centros de detención del país.
Según el informe de la organización 'Sobrevivir a duras penas: Detención, abuso, abandono de niños migrantes en Indonesia', los niños llegan a Indonesia después de haber huido de la persecución, violencia y pobreza a la que se enfrentaban en sus países --Somalia, Afganistán, Pakistán y Birmania entre otros-- y una vez allí son detenidos y sometidos a abusos de diversa índole. Además, tal y como ha destacado HRW, la legislación indonesia permite que los inmigrantes permanezcan detenidos hasta 10 años.
"Los niños migrantes y solicitantes de asilo arriesgan su vida y su salud para huir de sus países y llegar a Indonesia", ha declarado la investigadora de HRW sobre derechos del niño, Alice Farmer. "Sin embargo, la ayuda que proporciona Indonesia se materializa en horribles centros de detención, en donde los niños pierden meses o años de su vida sin educación ni esperanza para el futuro", ha proseguido.
Según el comunicado, los menores migrantes que viajan sin la presencia de ningún adulto que los protejan, "caen en un vacío legal" al no existir un organismo gubernamental responsable de su tutela. Por tal motivo, "nadie atiende sus necesidades", ha destacado la ONG.
Ante la falta de un "futuro factible", muchos niños arriesgan sus vidas en "peligrosos viajes" hasta Australia. Habitualmente, los menores se embarcan en pateras organizadas por traficantes sin suficiente combustible por lo que, según la organización, se cree que cientos de ellos han muerto este año al intentar alcanzar tierra indonesia.
Para la realización de este informe de 86 páginas, Human Rights Watch ha entrevistado a 102 migrantes de entre 5 años y 66 años de edad, de los cuales 42 habían llegado a Indonesia cuando eran niños. Asimismo, la organización también ha entrevistado al personal de organizaciones no gubernamentales e intergubernamentales.
LOS CENTROS DE DETENCIÓN
Tanto los adultos como los niños han descrito a HRW la manera en la que los agentes penitenciarios "les propinaron patadas, puñetazos y bofetadas a ellos o a otros detenidos". Algunos han denunciado que los guardias "ataban o amordazaban a los detenidos, los golpeaban con palos, los quemaban con cigarrillos y les aplicaban descargas eléctricas".
Un día "me golpearon con brutalidad porque había intentado escaparme", ha aseverado un joven de 15 años a la ONG. "Me golpearon entre ocho o nueve personas, la mayoría eran guardias pero había una persona de fuera", ha añadido.
Las condiciones de los centros de detención incumplen "claramente" las normas internacionales ya que los centros suelen estar "masificados, son insalubres y, en ocasiones, se inundan", según HRW. Los niños no tienen "prácticamente" acceso a la educación y el tiempo de recreo es "inadecuado", ha denunciado.
En marzo de 2013 había, de acuerdo con el comunicado de Human Rights Watch, casi 2.000 niños solicitantes de asilo o refugio en Indonesia; una cifra que ha ido aumentado "constantemente" en los últimos cinco años. Indonesia no tiene una ley de asilo y delega la responsabilidad de determinar quién debe ser protegido como refugiado a la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
No obstante, incluso cuando ACNUR otorga la condición de refugiado a una persona, Indonesia se niega "a menudo" a ponerla en libertad y no reconoce que tenga derechos legales para permanecer en el país, ha subrayado la organización. Además, cuando salen en libertad, se enfrentan a "la amenaza constante" de volver a ser arrestados y a permanecer bajo custodia "más tiempo", ha lamentado HRW.
El Gobierno de Indonesia tiene que dejar de detener a niños migrantes, limpiar sus centros de detención e instaurar "un proceso justo y exhaustivo" para quienes soliciten asilo, ha declarado la organización.
"Los niños migrantes en Indonesia se ven atrapados en un prolongado proceso de espera con un resultado incierto", ha advertido Farmer. "Seguirán llegando niños desesperados a Indonesia y el Gobierno tiene que intervenir para ofrecerles una atención decente", ha agregado.