MADRID, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -
Solo entre el 20 y el 40% de los niños con enfermedades crónicas se vacuna frente a la gripe, si bien existen diferencias según las patologías, según ha alertado este miércoles el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP). Las mayores coberturas se producen entre los inmunodeprimidos, los oncológicos, los diabéticos y los cardiópatas, mientras que, paradójicamente, son los que padecen enfermedades respiratorias los que menos cumplen con esta medida preventiva.
Son precisamente los niños a partir de los seis meses de edad y los adolescentes en determinadas situaciones y con enfermedades de base, el primer grupo de población al que el el Comité Asesor de Vacunas recomienda la vacunación. Este miércoles se pueden consultar sus recomendaciones para la campaña 2013-14 de gripe estacional en la página web de la AEP (www.aeped.es).
En ellas, el CAV-AEP recomienda, además, la vacunación antigripal a los adultos en contacto con los niños y adolescentes incluidos en los grupos de riesgo, desde padres y abuelos a profesionales como profesores o cuidadores, entre otros. Los pediatras insisten igualmente en la importancia de que el entorno familiar se proteja cuando se conviva con lactantes menores de seis meses con factores de riesgo, ya que éstos, por su edad, no pueden recibir la vacuna. Asimismo, la AEP recomienda la inmunización frente a la gripe a niños sanos de más de seis meses, y adolescentes sanos, que convivan con pacientes de riesgo.
Según explica el doctor Francisco José Álvarez García, del Comité Asesor de Vacunas, "se detectan ciertos patrones habituales en la población infantil con enfermedades crónicas que debemos modificar: por un lado, que conforme son más mayores se vacunan menos, y por otro, que menos del 10% de los convivientes con enfermos crónicos se protege mediante la vacunación".
Por último, los pediatras subrayan como especialmente importante que el colectivo de profesionales sanitarios se proteja frente a la gripe estacional. El coordinador del Comité Asesor de Vacunas, doctor David Moreno, recalca que "para el CAV-AEP, la vacunación antigripal en este colectivo y en sus contactos representa un beneficio evidente y constituye una oferta de salud incuestionable".
LOS NIÑOS, FUENTE PRINCIPAL DE PROPAGACIÓN
El CAV-AEP recuerda que los niños son la fuente principal de propagación del virus de la gripe en la comunidad, es decir, dentro del seno familiar o la escuela, por ejemplo, ya que "eliminan una mayor carga viral y durante más tiempo que los adultos", recuerda el doctor Álvarez. De hecho, las mayores tasas de incidencia de la gripe se registran en los menores de 15 años, y uno de cada 1.000 casos de gripe en niños sanos menores de cinco años acaba en hospitalización.
Por otro lado, aunque el virus de la gripe y las vacunas son iguales para la población infantil y la adulta, los pediatras recomiendan que en aquellos niños menores de nueve años que no se hayan vacunado previamente frente a la gripe, la inmunización se haga con dos dosis, separadas por, al menos, cuatro semanas. "La primera dosis debe administrarse tan pronto como la vacuna esté disponible, para asegurar así que ambas dosis puedan ser recibidas antes del inicio de la actividad gripal, ya que la protección es mayor cuando ambas se administran durante la misma temporada de gripe", aclara el doctor Álvarez.
Siguiendo las recomendaciones de vacunación antigripal en los profesionales sanitarios, los pediatras son uno de los colectivos más proactivos en este sentido, según revela la encuesta realizada por la AEP durante el otoño pasado. Hasta el 60% declaró haberse vacunado todos los años anteriores -cifra superior a la media, que sitúa el porcentaje de profesionales sanitarios vacunados en torno al 30%-, y solo el 12,5% de los pediatras reconoció no haberse vacunado nunca frente a la gripe.
En opinión del doctor Moreno, esta especial sensibilidad de los pediatras se puede deber a su cercanía con un colectivo especialmente frágil al virus de la gripe como son los niños. "El pediatra tiene el deber ético y profesional de vacunarse, ya que tratamos en muchas ocasiones con pacientes de grupos de riesgo y nuestro deber es protegerlos", insiste el coordinador del CAV a la vez que anima a otros compañeros sanitarios a sumarse a esta práctica.