El Ministerio de Vivienda estima en 500.000 las viviendas que han quedado complemente destruidas
SANTIAGO, 1 Mar. (Especial para EUROPA PRESS, Claudia Riquelme) -
Una decena de réplicas que han superado los 5 grados en la escala de Richter, la decisión de las autoridades de extender el toque de queda a otras regiones afectadas, el anuncio de la ayuda internacional y una brusca caída de la bolsa local marcan la jornada de este lunes en Chile, tras el terremoto de 8,8 grados que ocurrió en la madrugada del sábado y que, hasta el momento, ha dejado 711 muertos y varios cientos de desaparecidos.
Las autoridades corren contrarreloj para lograr el restablecimiento de los servicios básicos como la energía eléctrica y el agua potable, así como la comunicación vía teléfono de red fija, móvil e internet, los cuales funcionan inestables y con intermitencias.
Por ahora, la situación más crítica se vive respecto de la distribución de alimentos y agua, así como con la atención de los heridos, que suman miles, la mayoría de ellos con fracturas expuestas y golpes causados por la caída de muros y construcciones a causa del
seísmo.
A primera hora de este lunes, la Presidenta Michelle Bachelet, quien dejará La Moneda en 10 días, inició una reunión de emergencia del Comité Político de su Gobierno, oportunidad en la que se analizó el estado de la situación en la zona centro sur de Chile, donde 10
millones de personas sufrieron los efectos de uno de los mayores seísmos de los que se tenga registro en la historia del país y del mundo.
MEDIDAS
Las autoridades adoptaron una serie de medidas que se espera sean anunciadas por la mandataria en las próximas horas, y entre las cuales destaca el establecimiento de un toque de queda en las ciudades de Lota y Coronel, a unos 550 kilómetros al sur de Santiago, en la región del Biobío, zona del epicentro del "megaterremoto" como lo han bautizado los medios de comunicación locales.
La medida, que limita la circulación de personas en las calles, ya se había aplicado desde anoche entre la medianoche y las 6 de la mañana en la provincia de Concepción, a 500 kilómetros al sur de la capital chilena.
El objetivo es impedir los saqueos y el vandalismo ocurridos durante las últimas horas en esos lugares, debido a la escasez de alimentos y agua, que ha llevado a algunas personas a asaltar comercios y, recientemente, incluso las escasas viviendas que han quedado en pie, para obtener algún tipo de alimento. Además, algunos delincuentes han aprovechado las circunstancias para cometer varios delitos.
Unos 2.000 miembros del Ejército mantienen vigilancia en las localidades más afectadas para impedir los desórdenes. Varios han debido hacer disparos al aire y la Policía confirmó esta tarde la muerte de un hombre que fue disparado tras intentar saquear una casa.
Sólo en Santiago, donde el terremoto alcanzó los 8 grados, se han producido 16 saqueos a supermercados. La situación se ha repetido con pequeños comercios, frigoríficos y otros establecimientos, especialmente en las zonas cercanas al epicentro.
DESTRUCCIÓN
Uno de los principales problemas en la capital chilena es la gran destrucción de casas y edificios de apartamentos, especialmente nuevos o con menos de cinco años de existencia. Sólo en la zona central de la ciudad hay 1.200 viviendas inutilizadas.
Más al sur, cerca del epicentro, han desaparecido ciudades y pueblos en más de un 80 por ciento de sus construcciones, no sólo por el seísmo y su violencia, sino especialmente por los tsunamis que afectaron a las zonas costeras, cuyas olas de más de 15 metros se
llevaron a cientos de personas que hasta el momento se contabilizan como desaparecidas.
El Ministerio de Vivienda ha confirmado que son al menos 500.000 las casas y pisos que han sido completamente destruidos por el terremoto. Millones de chilenos que duermen en carpas a la intemperie debido a que sus casas han caído o están inhabitables, esperan que se materialice el anuncio de Bachelet de entregar en las próximas horas una canasta básica de alimentos a las familias afectadas.
AYUDA INTERNACIONAL
Por otra parte, la ONU confirmó que Chile ya oficializó su petición de ayuda a los países que han ofrecido apoyo en la emergencia y que el Gobierno de Bachelet pidió recibir asistencia en áreas como personal de rescate, asistencia médica, construcción de puentes, potabilización de agua, telecomunicaciones y reconstrucción de infraestructura.
De hecho, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, confirmó que no suspenderá la visita a Chile que inicia mañana y que justamente hará entrega de equipos de comunicaciones para asistir a los damnificados.
China anunció la entrega de un millón de dólares; Bolivia enviará 60 toneladas de agua potable; Japón donará tres millones de dólares; Argentina enviará un hospital de campaña con capacidad quirúrgica, plantas potabilizadoras y purificadoras de agua.
La ministra portavoz de La Moneda, Pilar Armanet, dijo este lunes a los periodistas que el Gobierno trabaja a toda capacidad y que "estamos atacando el tema sobre todos los frentes, acá lo que estamos intentando es llegar con las Fuerzas Armadas, con las autoridades civiles, a través de las personas que pueden ayudar con apoyo".
Asimismo, Armanet dijo que lo importante ahora es focalizarse en la entrega de ayuda a los miles de damnificados: "Ya llegará el momento de balances y de las responsabilidades". Tras destacar que el terremoto es la "mayor catástrofe que ha experimentado nuestro país", la funcionaria pidió a los chilenos ser solidarios en la emergencia.
Asimismo, la bolsa local experimentó una caída de 2,50 por ciento en su apertura, siendo las empresas más afectadas por la bajada aquellas empresas constructoras e inmobiliarias que levantaron los edificios que han sufrido los mayores rigores tras el seísmo y sus innumerables réplicas.