"Quiero volver al colegio", dice la joven Léonarda Dribani, repatriada junto a su familia a Kosovo
PARÍS, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
La expulsión de una niña kosovar de 15 años ha levantado una intensa polémica en Francia por el fondo y la forma en que se produjo, hasta el punto de que ha marcado nuevas divisiones en el seno de la izquierda por el trato de las autoridades a la población gitana. El Gobierno, en el ojo del huracán, ha abierto una investigación.
Los hechos se produjeron el pasado 9 de octubre, cuando la Policía detuvo el autobús en el que viajaban Leonarda Dribani y su clase durante una actividad extraescolar para proceder a expulsar del país a la joven y su familia.
Los Dibrani llevaban cuatro años y diez meses en Francia y se encuentran ya en Mitrovica, donde las autoridades locales les han instalado en una vivienda y les han ofrecido asistencia social, incluido el pago de alquiler y la entrega de una estufa de leña para soportar el invierno, según France Inter.
Las críticas por esta polémica expulsión vuelven a tener como diana al ministro del Interior, Manuel Valls, que ha anunciado este miércoles la apertura de una "investigación administrativa" para aclarar la expulsión de la niña.
No obstante, ha pedido que todas las partes mantengan la "sangre fría". "No duden ni por un instante que mis servicios aplican las reglas del derecho público con inteligencia, prudencia y humildad", ha afirmado el ministro del Interior durante una visita a Lorient.
Valls ya levantó ampollas al abogar recientemente por que los gitanos búlgaros y rumanos fuesen "devueltos a la frontera" y cuestionar su integración en Francia. Al igual que sucediese con estas declaraciones, la división de la izquierda gala ha vuelto a quedar patente tras la expulsión de Léonarda.
El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, se ha referido a la polémica en la Asamblea Nacional, desde donde ha dado entender que la repatriación de la familia Dribani no es definitiva. "Si hiciese falta, anularemos la orden de traslado a la frontera y esta familia volverá para que podamos volver a examinar su situación en función de nuestras leyes, nuestros principios y nuestros valores", ha explicado.
El jefe de Gobierno ha subrayado la necesidad de proteger especialmente a los niños cuando se encuentren "en un recinto escolar", algo en lo que también ha coincidido el ministro de Educación, Vincent Peillon, que ha hablado incluso de hacer del colegio y el instituto un "santuario". Para Peillon, por un lado está "la ley" y, por otro, "los principios propios de Francia", según informa 'Le Monde'.
El Partido de Izquierda ha pedido directamente la dimisión del ministro del Interior, mientras en el Partido Socialista crece el temor a que este tipo de polémicas terminen por desdibujar la imagen de la formación. El presidente de la Asamblea Nacional, Claude Bartolone, ha alertado de que la izquierda no debería olvidarse nunca de sus "valores" porque "corre el riesgo de quedarse sin alma".
"QUIERO VOLVER"
"Quiero volver al colegio", ha asegurado Léonarda Dribani en una entrevista a la emisora France Inter en la que ha reconocido su pesar por haber "abandonado" a sus amigos. "Me dio vergüenza cuando la Policía vino y mis compañeros me preguntaron: ¿Por qué la Policía? ¿Qué has hecho? ¿Has robado?", ha relatado.
La menor quiere volver a Francia, al igual que su familia, que ha dicho no entender por qué ha ocurrido todo. "No sé por qué nos han hecho esto, no hemos hecho nada mal", ha declarado el padre de Léonarda, que ha dicho sentirse maltratado por "tener otro color" de piel. Su mujer, ha denunciado que sólo tuvieron media hora para hacer las maletas y abandonar su vivienda en Francia.