Actualizado 04/05/2010 17:12

La ONU advierte de que la grave escasez de alimentos en Yemen puede provocar más disturbios sociales

GINEBRA, 4 May. (Reuters/EP) -

Uno de cada tres yemeníes sufre hambre crónica en el país árabe, donde la creciente escasez de alimentos puede provocar más disturbios sociales o migraciones masivas, según alertaron este martes tres agencias de la ONU.

A pesar de la hambruna generalizada, las raciones alimentarias vitales para los yemeníes han vuelto a ser recortadas debido a la falta de financiación por parte de los donantes, aseguró el Programa Mundial de Alimentos (PAM). Al menos 7,2 millones de personas --un tercio de la población de Yemen-- sufren hambre crónica, según el PAM. Otros 3,4 millones requieren asistencia alimentaria, pero sólo 475.000 están consiguiendo las raciones que esta agencia se vio forzada a reducir en mayo.

En esta cifra se incluye a las 270.000 personas que huyeron del enfrentamiento entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes en la ciudad de Saada y en sus alrededores. Muchos han vendido sus últimas reses mientras esperan ver si se mantiene la tregua en el país. "La gente tiene otras tres opciones después de esto, o se sublevan, o emigran, o mueren. La reducción en las raciones no es la primera medida, es el último recurso", aseguró la portavoz del PAM, Emilia Casella.

"El resto no está recibiendo ningún tipo de asistencia ahora mismo, y los que la reciben sólo consiguen la mitad de lo que deberían recibir", añadió. Más de uno de cada diez niños sufre malnutrición aguda en Yemen, donde los índices de retraso en el crecimiento son los segundos a nivel mundial, afirmó Casella. Los niños yemeníes de un año que han llegado a los centros de alimentación del PAM pesan lo mismo que un recién nacido. "Muchas familias comen sólo té y pan", afirmó.

El resto de las 500.000 personas que reciben ayuda incluyen a los refugiados de Somalia y Etiopía, así como a los menores de cinco años y a las embarazadas o lactantes. El Gobierno de Yemen, que intenta estabilizar el país --el más pobre del mundo árabe--, acordó una tregua en febrero con los rebeldes del norte para intentar detener un enfrentamiento intermitente desde 2004 y que ha desplazado a más de 250.000 personas.

Los ganaderos que huyeron del enfrentamiento en Saada ahora se enfrentan a "una situación dramática", ya que la mayor parte vendió su ganado y utilizó el dinero conseguido en pagar un alquiler o alimentos, indicó por su parte el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). "No vuelven a sus lugares de origen, ya que sienten que aún no hay seguridad y temen las minas", indicó un portavoz, Andrej Mahecic. El PAM sólo ha recibido 27,7 millones de dólares de su petición de 103 millones para Yemen.