Actualizado 03/02/2010 15:34

Pequeños organismos vivos sobreviven a la radiación solar, los rayos cósmicos y temperaturas extremas, según la ESA

MADRID, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -

Pequeños organismos vivos del experimento Expose-E, en el exterior del laboratorio europeo Columbus de la Estación Espacial Internacional, han sobrevivido a condiciones hostiles como la radiación solar ultravioleta, a los rayos cósmicos, al vacío y a las temperaturas extremas durante 18 meses, según informó hoy la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).

Mientras, en la Tierra se pueden encontrar organismos vivos, "prácticamente en cualquier parte", desde los abismos de los océanos hasta en la cumbre de las montañas más altas. Incluso los desiertos extremadamente secos y los fríos glaciares albergan alguna forma de vida.

Recientes descubrimientos en unas muestras de meteoritos marcianos han aportado pruebas, "cada vez más convincentes" de que también haber existido vida en el planeta vecino, por lo que quizás también haya alguna forma de vida en la superficie roja de Marte.

"El objetivo es comprender mejor el origen, la evolución y las adaptaciones de la vida y poder aportar una base experimental a las recomendaciones para la protección planetaria", explica René Demets, un biólogo que trabaja para la ESA, que desde hace más de veinte años apostó por la investigación astrobiológica para averiguar cómo sobreviven los organismos terrestres a las condiciones del espacio.

Así, el contenedor Expose-E, es el experimento más reciente y fue lanzado a la Estación Espacial Internacional (ISS) en febrero 2008 en el transbordador espacial Atlantis y traído de vuelta a la tierra en el Discovery el pasado mes de septiembre. En total, 664 muestras biológicas y bioquímicas fueron expuestas a las condiciones espaciales durante 18 meses.

La Agencia Espacial Europea explica que Expose-E es una caja del tamaño de una maleta con dos niveles y tres bandejas experimentales, en cada una de las cuales hay cuatro huecos cuadrados. De las doce cajas, todas menos una albergaron diferentes muestras biológicas y bioquímicas en pequeños compartimentos.

Dos de las tres bandejas fueron expuestas directamente al vacío del espacio, mientras que la tercera contenía un gas en su interior que simulaba la fina atmósfera marciana, compuesta básicamente por dióxido de carbono. La ventana que protegía estas 'muestras marcianas' también disponía de un filtro óptico que imitaba el espectro de la radiación del Sol en la superficie de Marte. El experimento estaba dividido en dos niveles con muestras similares, de forma que el nivel superior estuvo expuesto a la luz solar y el inferior permaneció a la sombra, según informó la ESA en un comunicado.

"Estos líquenes de Xanthoria elegans volaron a bordo de Expose-E y son los mejores supervivientes que conocemos", explica Demets. Los líquenes son organismos macroscópicos formados por la simbiosis entre un hongo y un organismo fotosintético, comúnmente un alga o una cianobacteria.

"Los líquenes se suelen encontrar en los lugares más extremos de la Tierra. Cuando se les pone en un entorno que no les gusta, pasan a un estado latente y esperan a que las condiciones mejoren. Una vez que los devuelves a un entorno adecuado y les das un poco de agua, siguen viviendo como antes", precisó.

El hecho de que organismos vivos logren sobrevivir a las condiciones hostiles del espacio parece apoyar la teoría de la panspermia --formas de vida que se diseminaron de un planeta a otro, o incluso entre sistemas solares--.

"Los cabos sueltos de esta teoría se encuentran ahora en la llegada al planeta, porque ninguna forma de vida puede sobrevivir a una reentrada en una atmósfera", explica Demets, quien, sin embargo señala que puede que las condiciones sean más favorables aún en el interior de un meteorito, por lo que ahora están planteándose realizar un experimento astrobiológico durante el retorno a la Tierra.