MADRID, 6 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los biólogos evolutivos Rosemary y Peter Grant han sido galardonados, este martes 6 de febrero, con el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Ecología y Biología de la Conservación en su décima edición por descubrir mecanismos de la evolución fundamentales para conservar especies amenazadas.
Esta pareja de investigadores ha logrado documentar por primera vez cómo ocurre la evolución en tiempo real, desvelando así mecanismos muy útiles para el desarrollo de estrategias eficaces para la conservación de especies amenazadas, según destaca BBVA. En concreto, el acta del jurado añade que "sus profundas aportaciones a la comprensión de los mecanismos y procesos que subyacen a la evolución en la naturaleza".
Su trabajo durante cuatro décadas con los mismos pinzones que inspiraron a Charles Darwin en las Islas Galápagos ha demostrado que los cambios evolutivos pueden ocurrir de forma mucho más rápida de lo que se creía.
"Gracias a los Grant hoy sabemos que la evolución es un proceso mucho más dinámico de lo que Darwin imaginó inicialmente", señala el acta, que añade que su trabajo proporciona "el registro más completo de cómo funciona la evolución en la naturaleza", y dilucida "los mecanismos por los que se mantiene la diversidad genética y por los que se originan nuevas especies".
Por ello, el jurado resalta las implicaciones de los hallazgos de los Grant para la conservación, ya que "han incorporado una perspectiva evolutiva a la biología de la conservación al reconocer que se pueden producir cambios evolutivos rápidos tras la llegada de especies invasoras (incluyendo a los humanos) o en respuesta a eventos catastróficos".
Rosemary y Peter Grant llegaron en 1973 a la pequeña isla de Daphne Mayor, al cráter de un volcán extinto al norte de la isla de Santa Cruz, sin apenas sitio para instalar una tienda de campaña, en el archipiélago de Galápagos, para estudiar cómo emergen las nuevas especies.
Sus primeras observaciones con los pinzones resultaron tan fructíferas que decidieron volver varios meses cada año para etiquetar y tomar muestras y datos de los pinzones y su comportamiento, incluidas muestras de sangre, para análisis genéticos, una labor que han seguido haciendo casi hasta ahora cuando, con sus más de 80 años, volverán a Daphne el próximo mes de marzo.
Esta labor ha permitido demostrar, con gran cantidad de datos, cómo los cambios en la ecología y el entorno pueden inducir cambios evolutivos, y dar lugar incluso a nuevas especies, en una sola generación. Para la catedrática de Biología en la Universidad de Duke (EEUU) y presidenta del jurado, Emily Bernhardt, el trabajo de los Grant "ha conducido a uno de los cambios de paradigma más importantes en la biología evolutiva desde el propio Darwin".
El hallazgo tiene también implicaciones significativas para la conservación "porque muestra una forma de medir la respuesta evolutiva de las especies a corto plazo ante fenómenos como las especies invasoras, o los eventos climáticos extremos", como señala el secretario del jurado Pedro Jordano, profesor de investigación en la Estación Biológica de Doñana del CSIC.
"Los Grant, al documentar los fundamentos y mecanismos de cada etapa del proceso de formación de una especie, nos han ilustrado sobre la respuesta evolutiva de las especies, para saber con qué rapidez y en qué situaciones podemos esperar que se produzca", enfatiza.
Los Grant se declaran inspirados por la obra de Darwin pero no escogieron llevar a cabo su investigación en las Galápagos por el valor simbólico del archipiélago: el origen de su decisión surgió a principios de los años setenta, cuando ambos trabajaban en la Universidad de McGill, en Canadá, investigando el fenómeno de la especiación.
Como explicó Peter Grant por teléfono, tras conocer el fallo, "elegimos a los pinzones de las Galápagos porque sabemos que son 18 especies que viven en un entorno donde el impacto del ser humano es casi inexistente. No existen muchos lugares en el mundo tan interesantes biológicamente y sin apenas huella humana. Además, en las Galápagos el clima varía mucho no sólo de una estación a otra, también hay años muy húmedos y muy secos, y esto nos hizo pensar que encontraríamos pistas sobre factores ambientales que desencadenan el mantenimiento de poblaciones y la generación de nuevas especies".
En 1977, cuando llevaban ya varios años midiendo características como el tamaño y la forma de los picos, fueron testigos de lo que ocurría entre los pinzones durante una sequía intensa: los cambios inducidos en el entorno por la falta de agua favorecían a los pájaros cuyo pico tenía una morfología determinada, y en cambio el resto sufría una altísima mortalidad. Como consecuencia, unos rasgos genéticos determinados y no otros eran transmitidos a la generación siguiente. En 2004, presenciaron otro fenómeno similar.
"Nuestras investigaciones en las Galápagos demostraron en solo diez años que la evolución puede ocurrir cuando el medio ambiente cambia", explicó Rosemary Grant. "Y al persistir con nuestras investigaciones durante 40 años, comprobamos que esto no es un evento singular, sino un proceso recurrente. Comprobamos que en solo una década pueden producirse cambios significativos en el tamaño del cuerpo o en la forma del pico", añadió.
A lo largo de su carrera, los Grant han incorporado a su programa de investigación todos los datos relativos a la biología molecular y genética, y han podido observar así a escala genética lo que observaban en el campo y registraban en sus cuadernos. En concreto, han documentado la emergencia de lo que ellos llaman "un nuevo linaje" de pinzones: "Nuestro segundo hallazgo más importante fue comprobar cómo dos especies, en ciertas circunstancias, pueden hibridarse y producir una tercera, en tan solo tres generaciones", detalla Peter.
Para Rosemary, "esto demuestra que podemos estudiar la generación de nuevas especies en el transcurso de nuestras vidas y analizar las consecuencias de esos cambios, si elegimos bien los lugares donde estudiarlo. Darwin creía que estos cambios se producían a lo largo de muchos años".
IMPLICACIONES PARA LA CONSERVACIÓN
BBVA señala que el trabajo de los Grant ha sido fundamental para conectar el estudio de la evolución con la ecología, y por tanto tiene implicaciones muy importantes para la conservación de la biodiversidad. "El medio ambiente, es el teatro en el que se representa la obra de la evolución. Ni el teatro ni la obra son estáticos, sino que son procesos dinámicos en el que los escenarios y los personajes cambian de un acto a otro. Así que la interrelación entre las dinámicas de la evolución y las dinámicas de la ecología son esenciales para comprender cómo se genera la biodiversidad y qué fuerzas impulsan o frenan este proceso", indica Peter.
Para los Grant, el nuevo conocimiento adquirido a lo largo de sus cuatro décadas de investigación en las Galápagos ayuda a enfocar las prioridades de conservación. "En la biología de la conservación, la mayoría de la gente se preocupa por la preservación de especies amenazadas, pero se presta mucho menos atención a la conservación de los hábitats en los que viven esas especies", afirma Peter.
Necesitamos dedicar mucha más atención a conservar los hábitats, y no solo poner el foco en la preservación de rinocerontes, tigres o elefantes. Si no hacemos un gran esfuerzo para preservar los hábitats de las especies amenazadas en su estado más puro posible, será muy difícil conservar la biodiversidad", advierte.
Otra estrategia de conservación basada en el trabajo de los Grant y actualmente en vías de desarrollo es la identificación de variantes de coral más resistentes a cambios del ambiente del arrecife, mientras que en España sus conocimientos ha sido aplicados incluso a la conservación del lince ibérico.