Este municipio alavés se ha convertido en el primero del País Vasco en pedir cuentas a la Iglesia. En el último pleno del ayuntamiento de Alegría-Dulantzi, se aprobó una moción de censura presentada por el partido socialista que solicita que la Iglesia Católica pague todos los años el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).