Ararteko alerta de las "preocupantes muestras de intolerancia" de los menores vascos con actitudes racistas y homófobas

Actualizado: lunes, 28 septiembre 2009 17:31

Reclama a las Instituciones medidas para favorecer la conciliación y el aprovechamiento del tiempo en familia para la educación de valores

VITORIA, 28 Sep. (EUROPA PRESS) -

El defensor del Pueblo vasco, Ararteko, Iñigo Lamarca, resaltó hoy que los menores vascos "todavía son intolerantes" y alertó de que existen "preocupantes muestras de intolerancia" en forma de sexismo, racismo, xenofobia u homofobia, entre los niños de 8 a 16 años.

Estas conclusiones se desprenden del último informe extraordinario del Ararteko, entregado hoy al Parlamento vasco, sobre 'La transmisión de valores a menores', donde se analizan de forma sistemática aspecto como la aceptación de la diferencia en función del sexo, el origen, la etnia, la discapacidad o la orientación sexual; el rechazo o la aceptación de la violencia terrorista; o el respeto y cuidado del medio ambiente, entre otros.

El informe analiza tres grupos de edad que se corresponden al segundo ciclo de Primaria (de 8 a 10 años), el tercer ciclo de Primaria (de 10 a 12 años) y ESO (de 12 a 16 años), utilizando tres cuestionarios repartidos a un total de 1.829 escolares. Además, recoge las opiniones y propuestas de sus padres, del profesorado y de otros profesionales de la educación.

Según detalla el texto, el respeto a todas las personas y la tolerancia a la diferencia varía según el sexo, ya que "las chicas, en general, muestran un mayor grado de respeto y tolerancia". Sin embargo, Lamarca subrayó que los menores vascos "todavía son intolerantes" y que lo "preocupante" son las notables muestras de intolerancia en forma de sexismo, racismo, xenofobia u homofobia.

En este sentido, el informe indica que entre los niños de 8 a 10 años, la cuestión que más produce rechazo es la manifestación pública de cariño en una pareja de homosexuales. El 42,7 por ciento afirma que le produce rechazo ver a una pareja de homosexuales besándose. "Casi con seguridad los menores se hacen eco de lo que se oye o se dice en su entorno inmediato", explica el texto.

Por su parte, los alumnos consultados de 10 a 12 años ante la frase 'Me da igual que las personas homosexuales se casen, pero me produce rechazo ver chicos besándose', el nivel de alumnos que rechazaron la manifestación física de amor homosexual, fue de 45,9 por ciento por parte de los chicos y el 43 por ciento, de las chicas.

RECHAZO A LA INMIGRACION

Además, el 30 por ciento de los escolares del segundo ciclo de Primaria afirmó que prefiere que no haya niños inmigrantes en su clase, "una proporción muy elevada de rechazo, máxime cuando la tasa de inmigración en las aulas del País vasco se sitúa en el 6,57 por ciento". "Queda todavía mucho por hacer en la aceptación del otro diferente, algo esencial en una sociedad cada vez más plural", defendió el Ararteko.

Respecto a la aceptación social o al uso extendido del castigo físico (como la bofetada) o a la aceptación y uso de la violencia como una forma de resolver los conflictos, tanto entre la convivencia entre iguales como en los problemas sociales, casi cuatro de cada diez escolares consultados de 8 a 10 años manifestaron que se han burlado de sus compañeros o les han insultado (38,6 por ciento), y una tercera parte manifestó haberles pegado "luego han recurrido a la resolución del conflicto a través de la violencia", subraya.

Sin embargo, el informe revela que existe una mayor conflictividad en el último ciclo de primaria, entre los 10 y 12 años, ya que el 67,4 por ciento reconoce haberse burlado, reído e insultado a algún compañero. "Las agresiones físicas no aumentan respecto a los alumnos de 8 a 10 años, aunque sí lo hacen las humillaciones y segregaciones, asilando al alumno agredido", indica.

Asimismo, el texto revela que "pese a que lo lógico sería esperar que a mayor edad, mayor asentamiento de valores, esto no siempre es así, hecho que se aprecia en cuestiones como la implicación en las tareas propias del ámbito familiar o en el hábito de la lectura".

EL PESO DE LAS FAMILIAS

El Ararteko subrayó también el peso que la familia tiene en la transmisión de valores, y consideró "muy preocupante" la comprobación de que bastantes familias no cumplen (por diferentes motivos como la falta de tiempo, mal ejemplo o falta de competencias), con su función educadora.

En este sentido, explicó que el papel de la escuela en la transmisión de valores es "limitado", y consideró "preocupante que sigamos descargando sobre ella toda la tarea de educar y descuidemos nuestra atención sobre otros agentes como la familia, las nuevas tecnologías o los medios de comunicación".

Asimismo, el informe revela datos sobre "usos y abusos" de la televisión, videojuegos, internet y del teléfono móvil por parte de los menores, que son "claramente perniciosos para su desarrollo". Los aspectos más negativos recogidos son la utilización en tiempos excesivos y sin control o prácticas de riesgo, como facilitar datos personales por internet, entre otros.

Respecto a las actitudes de algunos adolescentes ante ETA, Lamarca recordó que ya se adelantó esta cuestión en el reciente informe del Ararteko sobre la atención institucional a las víctimas del terrorismo, donde denunció que todavía hay una parte de adolescentes que la apoyan, en mayor o menor grado, o que al menos no la condenan.

ASPECTOS POSITIVOS

Entre los aspectos positivos, el Ararteko subraya el alto grado de satisfacción que los menores manifiestan respecto a su familia, el profesorado y los amigos; el alto grado de apoyo a las víctimas del terrorismo; la existencia de una conciencia medioambiental; y la solidaridad mostrada respecto a la discapacidad.

Según el estudio, el 80 por ciento de los escolares consultados de 10 a 12 años considera que los niños con discapacidad deben ser integrados en el juego con el resto de niños, mientras que el 16,1 por ciento piensa en su segregación.

Como es habitual, el informe finaliza con una serie de recomendaciones del Ararteko, que en esta ocasión son un total de 20, dirigidos a los diferentes agentes implicados en la transmisión de valores a los menores. De esta forma, propone a las instituciones evitar los contravalores para que todos los agentes sociales trabajen en una misma dirección y con un mayor liderazgo.

Respecto a las familias, apuesta por favorecer la conciliación y el aprovechamiento del tiempo en familia para la educación, la formación de los padres, y el rechazo al uso de la violencia como forma de castigo.

Además, propone que los medios de comunicación cuiden de forma especial en los horarios infantiles y que promuevan la calidad de los productos televisivos y los valores que se transmiten en ellos. En el ámbito de las nuevas tecnologías, apuesta por lograr un mejor conocimiento en su uso por parte de los menores y regular los marcos normativos para la defensa del menor.

Finalmente, para el ámbito educativo, Lamarca propone que se favorezca la inclusión y diversidad en todos los centros para evitar la guetización; mejorar la colaboración entre la familia y el profesorado; impulsar escuelas de padres u otras vías para la formación en valores; y revisar la asignatura de Educación para la Ciudadanía.