Afirma que están explorando distintas opciones para la recolocación de personal y apuesta por seguir "reforzando" su presencia en Euskadi
BILBAO, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
Castellana de Seguridad, Casesa, estima en un 40 por ciento la caída de la facturación cuando se produzca la reducción completa de los servicios de escolta y estudia diversas alternativas para compensar la caída de actividad y recolocar al personal. En este sentido, está ultimando la adquisición de dos empresas de seguridad ubicadas en el País Vasco para aumentar su presencia en esta comunidad, según ha informado el director General de Explotación y Proyectos, Bernabé Alonso, a Europa Press.
Casesa es una empresa de seguridad de ámbito estatal que facturó 140 millones en 2010, un 7 por ciento más que el año anterior y que cuenta con una plantilla de 4.500 personas. Está constituida por las empresas Castellana de Seguridad y Protección Castellana y, en la actualidad, cuenta con delegaciones en 17 provincias.
Los servicios que ofrece Casesa abarcan tanto los campos de la vigilancia, como los de protección personal, así como la instalación de sistemas y consultoría.
De la totalidad de su plantilla, 780 personas trabajan en Euskadi, de las que alrededor de un 47 por ciento se dedican al servicio de escolta puesto en marcha como consecuencia de la actividad terrorista de ETA. De los 4.500 trabajadores en toda España, aproximadamente un 10 por ciento se han centrado en estas tareas de protección personal.
Casesa lleva implantada en Euskadi más de cuatro años y, según ha destacado su responsable, han logrado alcanzar una cuota de mercado "importante", con una facturación de 30 millones el pasado año.
La coyuntura en los últimos tiempos, sobre todo, tras el anuncio de ETA de cese definitivo de su actividad armada ha influido en su actividad y lo seguirá haciendo en el futuro.
REDUCCIÓN DE ESCOLTAS
De hecho la progresiva reducción de escoltas que ya se venía produciendo, ya ha afectado a la empresa y se estima que este año bajará su facturación en Euskadi en torno al 12 por ciento, derivada principalmente del menor número de servicios de protección. A todo ello se suma la situación de crisis que, a diferencia de otras coyunturas complicadas, en esta ocasión está afectando al sector, que está sufriendo una "corrección muy severa".
Esta reducción de escoltas llevó a Casesa a presentar un ERE de suspensión que afectaba a la totalidad su plantilla del País Vasco que estaba desarrollando los servicios de escolta derivados de la parte de contrato del Gobierno vasco que se adjudicó esta empresa y que serían cerca de 400 trabajadores. Este ERE, que supone la reducción en un 40 por ciento de la jornada mensual, tiene vigencia hasta la finalización de ese contrato, prevista para el 15 de mayo de 2012.
Además, se abrió un plan de bajas voluntarias, al que se acogieron casi un 10 por ciento de la plantilla que estaba adscrita al contrato de proteccion personal del Ejecutivo autónomo.
CAÍDA DEL 40% EN LA FACTURACIÓN
Casesa estima que la reducción completa de los servicios de protección en Euskadi les llevará a una caída del 40 por ciento de la facturación.
Esta decisión no va conllevar un abandono de la implantación de Casesa en Euskadi, sino que su objetivo es, precisamente, el contrario y apuestan por incrementar su presencia en el País Vasco y buscar nuevas "alternativas" ante esa previsible descenso de la facturación.
En este sentido, ha adelantado que están, en la actualidad, valorando la adquisición de dos empresas de seguridad ubicadas en Euskadi, con el fin de "reforzar" la presencia de Casesa en los tres territorios históricos.
Alonso ha indicado que se está en una "fase muy avanzada" y "a punto" de cerrar los acuerdos, que supondrían aumentar la plantilla en 280 trabajadores, así como la cartera de clientes y la facturación. En principio, se estima que para finales de este año estarán culminadas estas operaciones y el responsable de Casesa ha señalado que cabría la posibilidad de que parte del personal fuera a estas nuevas empresas. "A medida que abres el abanico, tienes más posibilidades de recolocación", ha añadido.
El responsable de Casesa ha señalado que, ante la previsible reducción de los servicios de escolta, se están manteniendo contactos con las instituciones para analizar las posibles alternativas o salidas para el colectivo de escoltas, a los que no se puede dejar "desprotegidos" y ha recordado que también han venido trabajando "en pos de la paz".
Alonso ha señalado que la empresa quiere agotar todas las opciones, antes de verse obligada a adoptar otro tipo de medidas y, por ello, analiza la manera de "mitigar" los efectos de este problema de descenso de la actividad de protección personal.
"Nosotros no queremos entrar en un ERE extintivo. Por eso, estamos en ese impasse de esas negociaciones con la Administración para que podamos hablar de otros cometidos", ha añadido.
El responsable de Casesa ha señalado que la Administración "no puede mirar a otro lado" y tiene que "responder" ante esta nueva situación y ser "capaz de ayudarnos" porque hay campos en los que se puede "colaborar".
Alonso ha indicado que han puesto ya una serie de medidas en marcha centradas en facilitar a los trabajadores formación en otros ámbitos que no son los de la protección personal para que "adquieren un nivel de formación polivalente y puedan desempeñar sus funciones en otros puestos diferentes".
En este sentido, entre las distintas opciones que se analizan es la protección de mujeres víctimas de la violencia de género, la vigilancia penitenciaria, controles de accesos personalizados en edificios administrativos o el transporte de explosivos por carretera.
"Estamos hablando de recolocaciones, de traslados sin pérdida de pluses o de complementos personales, incluso fuera de Euskadi porque ellos tienen preferencia sobre todas las vacantes que se vayan produciendo en cualquier punto del Estado", ha añadido.