La sociedad vasca muestra desconfianza hacia el islam y un 12,6% considera la inmigración como un problema para Euskadi
BILBAO, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -
Euskadi consolidó en 2017 el escenario post-crisis de mejora de las actitudes hacia la inmigración, según recoge el Barómetro elaborado por Ikuspegi-Observatorio vasco de la Inmigración, que muestra datos "muy similares" a los del año 2016 e "importantes diferencias" con respecto al periodo de recesión económica.
Según ha informado Ikuspegi, la mejoría de las actitudes hacia la inmigración que se detectaba en 2014, 2015 y 2016 se consolida en 2017, aunque los resultados en líneas generales son "ligeramente peores" con respecto al año anterior.
Un 12,6% de la sociedad vasca considera la inmigración como un problema para Euskadi, cifra que se asemeja a porcentajes previos a la crisis. La inmigración como problema personal desciende del 8,5% de 2016 al 5,2% de 2017. Este dato vuelve a incidir en la influencia de la coyuntura económica sobre las actitudes hacia la inmigración.
La visión asimilacionista en los planos social y cultural sigue manteniendo su fortaleza y es uno de los pocos temas en los que no se nota un cambio de ciclo en las actitudes hacia la inmigración. Además, la sociedad vasca muestra un menor grado de simpatía hacia el colectivo magrebí, algo que aparece recurrentemente a lo largo de los años. Unido a ello, la población vasca muestra desconfianza hacia el islam.
El Índice de Tolerancia de 2017 confirma esta tendencia al mantenimiento y se sitúa en 58,48, bajando ligeramente sobre 2016 (59,04). Ahora bien, se sigue manteniendo en las cifras de la época precrisis y es la tercera mejor puntuación de toda la serie histórica (desde 2007).
La trayectoria del Índice hace pensar a Ikuspegi que las actitudes hacia la inmigración están vinculadas a la coyuntura económica -estados positivos o negativos de ánimo social- con respecto a las expectativas de mejora y confianza en la economía.
El Observatorio vasco de la Inmigración concluye que el año 2017 consolida y ratifica el punto de inflexión que se dio en las actitudes hacia la inmigración en el País Vasco durante los años 2014, 2015 y 2016.
"De esta forma, parece que la coyuntura económica condiciona e influye en las actitudes hacia la inmigración de la sociedad vasca. A mayor certidumbre, mayor confianza general", concluye.