BILBAO 2 Abr. (EUROPA PRESS) -
Las escritoras Lucía Etxebarria y Rosa Montero han enviado una carta al alcalde de la localidad vizcaína de Portugalete, Mikel Torres, para que "dé un paso al frente" y cumpla "con escrupulosidad" la normativa proteccionista vasca para acabar con el denominado "chabolismo canino".
Según ha informado la Asociación por un trato ético con los animales, Atea, el envío de la misiva tiene su origen en el caso de Goliath, el perro a quien su dueño intentó matar en Portugalete a mediados de marzo asestándole repetidos golpes en la cabeza con una barra de hierro.
En la carta, ambas escritoras critican "la ignominiosa costumbre extendida por doquier" de mantener animales --en especial perros-- en lugares solitarios y destartalados, con frecuencia en permanente estado de encadenamiento, lo que les genera una severa angustia psicológica, y en definitiva un estado de sufrimiento continuo "que ninguno de nosotros desearíamos padecer".
Las firmantes recuerdan al alcalde que los perros "no son alarmas", sino "seres sociales y amistosos cuya máxima aspiración es ser razonablemente felices, compartir sus vidas con colegas humanos, y disfrutar con ellos un hogar común". "En ningún caso merecen ser condenados a la soledad y a una cadena mugrienta", han reivindicado.
A su juicio, mantener a un perro siempre atado "constituye una crueldad que ninguna sociedad moderna y progresista debería permitir en pleno siglo XXI" y, en este sentido, han subrayado en la carta que "la brutal agresión a Goliath no es sino la lógica consecuencia de una mentalidad y de un escenario, pero que tanto uno como otro deben ser combatidos con armas legales, por resultar indeseables para sus víctimas".
Asimismo, consideran que Portugalete "puede y debe dar ejemplo ético", erigiéndose así en referencia de Municipio Amigo de los Animales, título que de hecho se aprobó por mayoría en una Moción Plenaria a finales del pasado mes de enero.
Atea desea agradecer públicamente a ambas intelectuales su "compromiso con este caso en particular y con la causa animalista en general, circunstancia aún poco extendida en nuestro país, a diferencia de en otras sociedades, donde es frecuente que reconocidos agentes culturales se posicionen de forma inequívoca a favor de los más débiles".