BADAJOZ 11 Sep. (EUROPA PRESS) -
La localidad pacense de La Torre de Miguel Sesmero acogió ayer en primicia la presentación del trabajo ganador del VIII Premio 'Arturo Barea' de investigación histórica, que acerca a la figura del republicano Ramón Tristancho García, fusilado en la Cañada de Sancha Brava el 15 de octubre de 1936.
A la presentación del libro, titulado 'Las virutas de la memoria. Ramón Tristancho García: prensa y republicanismo rural en el Badajoz delsiglo XX', asistieron los autores de la obra, Manuel Díaz Ordóñez y María Jesús Milán Agudo, la diputada provincial del Área de Cultura, Inmaculada Bonilla, y el alcalde de la localidad, José Navarrete. También se dieron cita familiares y amigos de Ramón Tritancho y un nutrido grupo de vecinos.
Los motivos por los que la obra ganadora de la 8ª edición del premio Arturo Barea se ha presentado en primicia en la Torre se entienden, según explicó Inmaculada Bonilla, porque de allí es el protagonista, Ramón Tristancho, "un torreño que allá por los comienzos del siglo XX creyó firmemente en las ideas republicanas de progreso y en el necesario avance social, y porque fue también aquí donde se celebró, en 1902, el primer congreso obrero en la historia de Extremadura. Bien merece, pues, este pueblo un homenaje", dijo.
En concreto, 'Las virutas de la memoria. Ramón Tristancho García' ahonda en el conocimiento del republicanismo rural a través de la intrahistoria, de la vida cotidiana de la gente y las biografías, como es el caso del protagonista del trabajo, según informó en nota de prensa la Diputación de Badajoz, que es la institución que convoca el premio.
El presidente del jurado y autor del prólogo, el catedrático Juan García, detalló que los autores trazan la "trayectoria vital y los rasgos individuales más importantes de una figura llena de matices, nada común en la sociología extremeña de finales del XIX y primer tercio del siglo XX".
Ramón Tristancho fue un hombre nada común, empresario autónomo, carpintero y comerciante, de aquellos que vendían "de fiado". Eran, como reconoció la diputada provincial, "tiempos terribles marcados por el caciquismo y por la miseria, tiempos en los que Tristancho, que por su dedicación no dependía del cacique de turno, fue un hombre hecho a sí mismo, autodidacta, que abrazó el ideal republicano y la causa de los trabajadores".
En su coherencia llevó hasta las últimas consecuencias su laicismo, pues se casó por lo civil, evitó la ceremonia religiosa en el caso de su hija Alborada y se vio imbuido del anticlericalismo imperante en la época.
IDEALES
Interesa especialmente la dedicación de Ramón Tristancho al periodismo. A través del análisis de 298 artículos firmados por el torreño, los autores desgranan sus ideales de apoyo social y ciudadano a las causas del progreso que interesaban a La Torre de Miguel Sesmero de comienzos del siglo XX; defensa de la enseñanza pública y laica; y adhesión al republicanismo federal de Pi i Margall. Republicano militante, firme seguidor de Narciso Vázquez Lemus, a la sazón jefe de los republicanos federales en la provincia de Badajoz, trabajó durante muchos años como concejal de La Torre y como republicano comprometido. Posteriormente, ya socialista, fue firme impulsor de la sociedad torreña "La Luz de los Obreros" que ocupó el Centro Obrero de tanta raigambre en el pueblo.
Bonilla desgranó en la presentación que a Ramón Tristancho "no le perdonaron aquellos a los que criticó por su avaricia, y tras ser denunciado en el verano de 1936, después de la caída del pueblo en poder de los franquistas, terminó en la cárcel de Badajoz y fue fusilado en la Cañada de Sancha Brava un 15 de octubre de ese año".
Respecto al trabajo de Manuel Díaz y María Jesús Milán, destaca la sencillez y minuciosidad con que tratan una figura individual, paradigma de muchos extremeños que creyeron en las ideas de progreso. "Acaso nos acerque -comparó la diputada-, aunque en el caso de Barea sea una novela, a la intención del mentor del premio, cuando describe, a través del protagonista de La forja de un rebelde, toda una época".
El premio Arturo Barea está dotado con 10.000 euros más la publicación de la obra por parte del Área de Cultura de la Diputación Provincial de Badajoz.