El paciente llegó con la mano unida al brazo por un tendón y un nervio, y estuvo más de 6 horas en quirófano
VIGO, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un equipo multidisciplinar de médicos del hospital vigués Povisa ha logrado reimplantar con éxito el brazo a un joven de 32 años, Óscar González, que se había seccionado este miembro superior con las palas de una amasadora de hormigón, cuando estaba trabajando en las obras del AVE en el lugar de Cerdedelo, en el municipio ourensano de Laza.
El accidente laboral tuvo lugar poco antes de las 14.00 horas del día 23 de marzo y la rapidez con la que actuó el propio Óscar, así como los sanitarios que lo atendieron en Laza, contribuyó a que, solo dos horas más tarde, el chico estuviese en el quirófano del hospital vigués.
Los médicos que lo atendieron han relatado este miércoles en rueda de prensa cómo fue el proceso de reimplante, realizado en este centro que es uno de los hospitales de referencia en Galicia para cirugía compleja de mano y brazo.
Cuando Óscar sufrió el accidente, su brazo quedó muy dañado, puesto que se rompió los dos huesos del antebrazo y se desgarró los tejidos. En ese momento, se hizo un torniquete con un chaleco de obra y fue trasladado a Laza, donde los médicos le inmovilizaron el brazo con una férula, cortaron la hemorragia y se lo vendaron (las partes estaban unidas solo por un tendón y un nervio).
Desde allí, fue trasladado por un helicóptero del 061 a Vigo para ser intervenido en Povisa. En primer lugar, el equipo de traumatología liderado por Rafael Otero sintetizó y consolidó la fractura, para que los cirujanos plásticos y de reconstrucción, Enrique Moledo y Beatriz Postigo pudieran unir vasos sanguíneos, nervios, tendones y músculos, en una operación que se prolongó durante más de seis horas.
"NO CONTABA CON ELLA"
El paciente también ha explicado a los medios su experiencia y ha agradecido al equipo médico su labor puesto que, como ha señalado, al ver el aspecto de su brazo derecho tras el accidente, creyó que había perdido la mano para siempre. "No contaba con ella, y cuando me desperté después de la operación y la vi...", ha rememorado.
Óscar González ha subrayado que "todo ocurrió muy rápido, como si fuera un sueño", pero ha precisado que sí recuerda haber hablado con el doctor Moledo antes de la intervención. "Le dije: haz lo que puedas", ha relatado.
A este vecino de Allariz le queda ahora por delante una larga recuperación, según ha confirmado el equipo médico. Tras haber superado las primeras dos semanas y haber reducido significativamente el riesgo inicial de infección, Óscar irá recuperando paulatinamente la sensibilidad en la mano, y deberá someterse a otras pequeñas cirugías, así como a un largo período de rehabilitación para recuperar la movilidad.
FACTORES FAVORABLES
La complejidad de la sección del brazo y la "suciedad" de la herida fueron contrarrestadas por varios factores que favorecieron una rápida intervención para salvar la mano de Óscar González. Según ha explicado Enrique Moledo, gran parte del éxito de la reimplantación se debió a la buena actuación de los sanitarios que atendieron al trabajador en Laza, y sobre todo, a la rapidez con que llegó a Povisa.
Este cirujano ha explicado que el personal de ambulancias dispone de información para saber cómo se deben trasladar los órganos amputados, y ha recordado que nunca deben ponerse en contacto directo con hielo, sino envueltos previamente en una bolsa o en gasas estériles.
Según ha apuntado, si se cumplen esas indicaciones sobre la conservación de los miembros y se actúa con rapidez (hasta un máximo de 6 u 8 horas para secciones por encima de la muñeca), hay un 80 por ciento de éxito en el reimplante de los brazos.