El colectivo advierte de que la construcción haría desaparecer un banco pesquero y marisquero
VIGO, 28 May. (EUROPA PRESS) -
El buque insignia de la organización ecologista Greenpeace, el 'Rainbow Warrior', encabezó hoy, seguido por decenas de otras embarcaciones de cofradías de pescadores, un acto de protesta en la Ría de Vigo con el objetivo de denunciar la construcción de un puerto deportivo en Cangas que el colectivo considera "ilegal".
Según explicó, en declaraciones a Europa Press, el director de campañas de Greenpeace, Mario Rodríguez, la presencia del 'Rainbow Warrior' tiene "carácter excepcional", debido a que recientemente se han retomado los trabajos en el puerto de Massó, que llevaban dos años paralizados.
Así, debido a que el buque lleva varios días en Galicia, dentro de una campaña contra el cambio climático, se ha acercado a la Ría de Vigo durante unas horas, para manifestar su apoyo a los afectados por la construcción de la dársena deportiva, especialmente los pescadores.
Acompañado de varias decenas de embarcaciones de bajura, el barco permaneció fondeado en la Ría, mientras que miembros del colectivo ecologista se acercaron en una lancha neumática a tierra, concretamente hasta la zona donde se ubican las obras, y estuvieron en contacto con colectivos marineros.
Tras esta parada de "cortesía", la nave continuará su travesía hacia Sevilla, donde seguirá desarrollando las actividades de su campaña contra el cambio climático.
PÉRDIDA DE UN BANCO DE MARISCO
Greenpeace considera que las obras que se han reactivado esta semana en el puerto de Massó, tras una paralización de dos años y el rechazo de vecinos, están asociadas a una "operación especulativa de largo alcance en tierra" y lamentó que esta estructura náutica supondrá la desaparición de un banco pesquero y marisquero que da trabajo directo a medio centenar de personas.
El colectivo lleva años denunciando la construcción de este puerto, situado en el Espacio Natural Protegido de la Costa da Vela, y que "se sitúa sobre suelo clasificado como rústico de protección de espacios naturales". Así, asegura que es "ilegal" realizar cualquier tipo de edificación.
Por otra parte, criticó que el plan proyectado por Portos de Galicia prevé un crecimiento de número de amarres pasando de 11.658 a 31.000, pese a que la matriculación de embarcaciones de recreo va en descenso. Para Mario Rodríguez, "apostar por el modelo económico suicida del Mediterráneo" es un "gran fracaso ambiental, económico y social".
La red de colectivos Galiza non se Vende manifestó su apoyo a este acto reivindicativo de hoy, al tiempo que insistió en que se trata de una obra "ilegal e innecesaria".