PALMA DE MALLORCA 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
Baleares sustituyó con combustibles alternativos el 15,3% del total de los consumidos en la planta de fabricación de cemento de Lloseta en 2009, por encima de la media nacional que ese año fue del 11,2%, según se desprende del estudio 'Reciclado y valorización de residuos en la Industria Cementera en España', actualizado por el Instituto Cerdá.
La Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente (Fundación Cema) ha presentado este estudio que recoge las cantidades de residuos recicladas y valorizadas energéticamente en instalaciones integrales de producción de cemento entre los años 2007 y 2009 y el análisis de las modificaciones de las Autorizaciones Ambientales Integradas que se han producido hasta diciembre de 2010.
El informe señala que Baleares sustituyó con combustibles alternativos el 15,3% del total de los consumidos, lo cual, aunque está por encima de la media española, todavía queda lejos de comunidades como la valenciana, cuyo porcentaje de sustitución es de casi el 28%.
En el conjunto del Estado, la valorización de residuos en 2007, 2008 y 2009 supuso un 5,2%, 6,8% y 11,2% respectivamente, una cifra todavía muy alejada del 22% alcanzado de media en Europa en 2009, donde la sustitución energética está en algunos países por encima del 50%, como en los casos de Alemania, Bélgica y Holanda.
El director gerente de la Fundación Cema, Dimas Vallina, ha afirmado que las características propias del proceso productivo de las fábricas de cemento, suponen "la mejor alternativa desde un punto de vista técnico y ambiental para aprovechar el poder calorífico de aquellos residuos que no se puedan reutilizar ni reciclar y, lo que es más importante, sin generar riesgos añadidos para la salud de los trabajadores o personas que vivan en el entorno de la fábricas".
La Fundación ha indicado en un comunicado que de las 37 fábricas integrales en funcionamiento que había en 2009, 31 están autorizadas a valorizar residuos energéticamente.
CASI 47.000 TONELADAS DE CO2 AHORRADAS
El uso de combustibles alternativos contribuye a frenar el avance del cambio climático al reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Cabe señalar que la valorización energética de biomasa en instalaciones de producción de cemento supuso un ahorro de 375.570 toneladas de dióxido de carbono en 2009, debido a que las emisiones de CO2 de residuos de biomasa se consideran neutras.
La Fundación ha indicado que las emisiones evitadas por el uso de este combustible serían las equivalentes a las que producirían 122.000 coches en un año. En el caso de Baleares, los ahorros en CO2 desde el año 2004 a 2009 conseguidos gracias a la utilización de combustibles alternativos ascienden a 46.769 toneladas.
La evolución del uso de combustibles alternativos en España, según pone de manifiesto el estudio del Instituto Cerdá, se alinea con la Estrategia Europea 2020. Según ésta, la utilización más eficiente de los recursos ayudará a Europa a alcanzar muchos de los objetivos ya fijados en distintas áreas para el crecimiento y el empleo, y será un elemento clave para avanzar en la lucha contra el cambio climático.