MADRID, 14 Jul. (EDIZIONES) -
El 14 de julio de 1789, hace hoy 227 años, el pueblo de París se levantó contra la Monarquía Absolutista de Luis XVI. Este levantamiento, el inicio de la Revolución Francesa, tiene como principal hito simbólico la Toma de la Bastilla, una antigua fortaleza medieval usada como cárcel del Estado.
Los ciudadanos de Paris de finales del siglo XVIII estaban hastiados por las malas cosechas, que provocaron graves problemas de subsistencia y aumentaron la presencia de pobres y mendigos en sus calles.
Esto, unido al despotismo real de Luis XVI, hizo que sólo fuera necesario 'encender una mecha' para que la situación explotara. Y ese detonante fue la destitución del ministro Necker, un político muy apreciado por el pueblo por ser una de las cabezas visibles de la transformación democrática que Francia estaba viviendo en aquellos momentos.
Entre las medidas más reclamadas por los ciudadanos y puestas en marcha por Necker estaba, precisamente, el cierre de la cárcel de la Bastilla, una fortaleza medieval a las afueras de París que se usaba como cárcel de Estado desde el siglo XVII y en la que se encarcelaba a cientos de parisinos señalados por el rey.
El 11 de julio de 1789 Necker fue destituido, una noticia que llegó al pueblo al día siguiente y provocó una gran reacción: miles de parisinos se manifestaron vestidos de negro en los jardines del Palais Royal con un busto de Necker cubierto por un velo negro.
Todo esto hizo que el rey preparara una brutal represión y movilizara a sus tropas con el objetivo de tomar la ciudad. Para ello, almacenó en el Hotel de los Inválidos, un hospital militar al oeste de la ciudad, 30.000 fusiles. Este rumor llegó a los parisinos y el 14 de julio por la mañana cientos de ellos tomaron dicho edificio y, por ende, las armas que guardaba.
Tras esto, los parisinos se dirigieron a la Bastilla con el objetivo de aprovisionarse de pólvora. En el asedio participaron entre 600 y 900 ciudadanos --según diversos censos elaborados a posteriori--, que llegaron desde todos los puntos de la ciudad armados con pistolas, picos y sables mientras gritaban: "la Bastilla será nuestra".
Tras varias horas de cerco atacando la fortaleza, que estaba defendida por más de 30 soldados, a las 17.00 horas el gobernador de la cárcel abrió las puertas y se rindió, quedando a merced de la multitud, que acabó con su vida. En total murieron 98 personas y se contabilizaron 60 heridos y 13 mutilados en un episodio considerado como el primer hito de la Revolución Francesa, que acabó con Luis XVI y su familia en la guillotina.
POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE LA TOMA DE LA BASTILLA
La Bastilla era una fortaleza militar construida para protegerse de los ingleses durante la Guerra de los Cien Años. Fue el Cardenal Richeliu quien comenzó a utilizarla como prisión del Estado en el siglo XVII, y allí se encarcelaba a todo aquel que era señalado por el rey.
Esta cárcel era considerada como el bastión de muchas víctimas de la "arbitrariedad del rey", lo que hizo que los ciudadanos reclamaran su cierre y el ministro Necker comenzara con su desmantelamiento, lo que explica que en el momento de su toma tan sólo había siete presos: cuatro falsificadores, un enfermo mental, un noble condenado por incesto y un cómplice de Robert François Damiens, quien intentó asesinar a Luis XVI.
Pese a que sólo albergaba siete presos en el momento de la toma, la cárcel estaba protegida por más de 30 soldados, y su toma supuso más un símbolo que un acto político y estratégico relevante: fue la caída del Antiguo Régimen y el inicio del resto de movilizaciones de la Revolución Francesa, que cambió la historia para siempre.