BOGOTÁ 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los programas de seguridad alimentaria previstos por el Estado para cubrir las necesidades de los niños en el departamento de La Guajira, en Colombia, no se están cumpliendo, según ha afirmado el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Sólo en este departamento han fallecido cerca de 3.000 niños en los últimos 6 años, de acuerdo con las cifras del Departamento Nacional de Planeación de Colombia.
El director del ICBF, Marco Aurelio Zuluaga, ha iniciado este miércoles un recorrido por La Guajira para advertir de la grave situación que se registra en el territorio y durante toda la semana mantendrá diálogos con las autoridades locales y las madres comunitarias para reforzar la presencia del Instituto en la región.
"Sólo en 2 de los 15 municipios que tiene este departamento, se ejecuta el programa de seguridad alimentaria y nutricional", ha denunciado Zuluaga, según ha publicado hoy en su página web Caracol Radio.
El director ha pedido a los gobernantes locales que realicen un análisis conjunto sobre el funcionamiento de los programas nutricionales y que trabajen de forma unida en la seguridad alimentaria para evitar la muerte de más niños.
"Es una responsabilidad de todos los gobernantes a nivel nacional, regional y local, atender de manera precisa y eficiente el tema de la nutrición no solo en La Guajira sino en el resto del país", ha añadido el director, ya que el hambre es un problema que afecta, sobre todo, a los menores de las comunidades indígenas, no solo de La Guajira.
MARCHA CONTRA EL HAMBRE
Miembros de la organización juvenil Guajira Digna y Humana se han manifestado este lunes en Riohacha, capital del departamento de La Guajira, para exigir al Estado una mayor atención a los niños que mueren de hambre, según ha publicado el diario colombiano 'El Heraldo'.
Uno de los organizadores de la marcha, Luís Fernando Lobo, ha explicado que no sólo quieren denunciar el problema del hambre en la Guajira, sino también "todos los temas en donde hay dificultades que impiden el desarrollo de nuestro departamento".
"Queremos dejar bien claro lo que está pasando con los niños que mueren en la península. No son víctimas de un cambio climático, ni se mueren por asuntos culturales porque los padres no quieran permitir el acceso de médicos. A ellos los está matando la desidia estatal", ha explicado el organizador.