RAMALA (CISJORDANIA), 1 (Reuters/EP)
El presidente palestino, Mahmud Abbas, ha entablado la que supone su más seria confrontación con Israel hasta la fecha con su paso hacia la adhesión de la Autoridad Palestina al Tribunal Penal Internacional (TPI).
Su decisión de este miércoles da al TPI jurisdicción sobre los crímenes cometidos en los territorios palestinos y incluso podría llevar a causas contra los líderes israelíes o palestinos.
El antiguo profesor de casi 80 años, defensor de la no violencia, ha pasado sus diez años en el cargo intentando controlar a los grupos armados y construir su administración en Cisjordania bajo la ocupación israelí.
Pero el fracaso de las conversaciones de paz este año para conseguir un Estado o suspender la ampliación de los asentamientos israelíes parecen haber motivado su decisión de que ahora es el momento para lo que analistas en ambos lados describen como una "guerra legal".
"Hemos intentado todas las posibilidades para alcanzar una solución con los israelíes y hemos gastado 20 años de negociaciones que no han puesto fin a su ocupación sobre nosotros. Así que ahora hemos adoptado la opción pacífica y legal de internacionalizar este conflicto", ha defendido Mohamed Shtayyeh, un alto dirigente palestino, en declaraciones a Reuters.
Las conversaciones de paz con la mediación de Estados Unidos fracasaron el pasado mes de abril en medio de reproches mutuos. Fue el último fracaso en las negociaciones en busca de la paz y un Estado palestino desde que la Autoridad Palestina se creó bajo la batuta del predecesor de Abbas, Yasir Arafat, en 1993 en virtud de acuerdos interinos.
Abbas firmó el miércoles el Estatuto de Roma y otros 20 acuerdos internacionales un día después de que una resolución que llamaba al fin de la ocupación israelí para finales de 2017 no consiguiera el respaldo suficiente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Sucede a otros pasos para buscar los paramentos de un estado sin esperar al resultado de las negociaciones con Israel.
REACCIÓN DE NETANYAHU
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha celebrado consultas de emergencia este jueves con sus principales ministros para discutir el paso dado por Abbas y en un comunicado ha pedido al TPI que lo rechace.
"Esperamos que el TPI rechace de forma sumaria la solicitud engañosa de la Autoridad Palestina porque la Autoridad Palestina no es un Estado, es una entidad que está aliada con una organización terrorista, Hamás, que comete crímenes de guerra", ha defendido.
En 2012, los palestinos consiguieron el estatus de "estado observador no miembro" en la Asamblea General de la ONU. Durante el año pasado, Suecia reconoció el Estado palestino, mientras que los Parlamentos de varios países europeos, entre ellos el de España, han aprobado resoluciones no vinculantes llamando a sus gobiernos a hacer lo mismo.
Los palestinos buscan disponer de su propio estado en Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, territorios que Israel ocupó durante la Guerra de los Seis Días en 1967. Los palestinos consideran que la propagación de los asentamientos judíos en los territorios ocupados constituye un crimen de guerra que les negará tener un estado viable. Frente a ello, Israel alega raíces bíblicas e históricas con estas tierras y ha restado importancia a la posible entrada de los palestinos en el TPI.
ELECCIONES ISRAELÍES
Estos últimos movimientos se producen tan solo tres meses antes de las elecciones generales en Israel y podrían ayudar a Netanyahu a hacer calar entre los votantes su mensaje de que Israel no tiene un socio para la paz.
Netanyahu, que fue reelegido como líder del derechista Likud este jueves, ha prometido defender a los soldados israelíes. "Israel es un país que cumple con la ley con un Ejército moral que mantiene todas las leyes internacionales. Defenderemos a los soldados israelíes del mismo modo que nos protegen a nosotros", ha agregado en su comunicado.
El ministro de Economía, Naftali Bennett, socio de coalición de Netanyahu y líder de un partido de extrema-derecha, ha dicho que el partido Al Fatá de Abbas, como socio en el gobierno de unidad palestino del movimiento islamista Hamás, "puede acudir al titular de La Haya solo como imputado".
Los sondeos de opinión muestran que el Likud está empatado con una alianza de partidos de centro y centro-izquierda que acusa a Netanyahu de abandonar el proceso de paz. Pero dado que otros partidos de derecha también están fuertes, los 'halcones' tienen una mejor opción que las 'palomas' de formar la próxima coalición de gobierno en Israel.
Una fuente política israelí ha indicado a Reuters que Netanyahu podría tratar de llevar ante el TPI a líderes palestinos por antiguos ataques de los grupos milicianos, o imponer nuevas sanciones económicas a la ya asfixiada administración palestina.
Pero Israel podría ser cuidadoso a la hora de adoptar represalias demasiado contundentes. La Autoridad Palestina ha cooperado con las fuerzas israelíes en la confiscación de armas ilegales y evitando complots por parte de milicianos palestinos.
"Abbas está derivando aquí fuerza de la debilidad de la Autoridad Palestina. Ya está bajo presión financiera y los israelíes y los estadounidenses saben que cualquier represalia económica podría hacer que colapse, lo que perjudicaría la seguridad", ha subrayado el exministro palestino y académico Ghassan Jatib a Reuters.
Responsables palestinos afirman que el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, les ha dicho en privado que cualquier paso palestino para unirse al TPI pondría en peligro alrededor de 500 millones de dólares en ayuda anual estadounidense.
Mientras que Estados Unidos e Israel se preocupan por la salud de la Autoridad Palestina, un sondeo ha mostrado que la satisfacción de los palestinos con el Gobierno se encuentra en su nivel más bajo, con el 55 por ciento de los consultados que considera que se ha convertido en "una carga sobre el pueblo palestino".
El sondeo, realizado en diciembre por el Centro Palestino para la Investigación Política y el Estudio, ha mostrado que Hamás es más popular que Al Fatá. Más de la mitad de los palestinos no han oído nunca hablar de los pasos de Abbas en la ONU.