PEKÍN, 5 Oct. (Reuters/EP) -
La activista china Ni Yulan ha anunciado este sábado, nada más salir de la cárcel tras cumplir parte de su condena, que denunciará a la Policía por detención ilegal y pedirá la revisión de su caso.
Ni, conocida entre la población por defender a los desahuciados, fue condenada en abril de 2012 a dos años y ocho meses de prisión por fraude y desorden público, aunque en julio de ese mismo año un tribunal retiró el primer cargo y redujo en dos meses su sentencia.
Los simpatizantes de la activista denunciaron la condena al considerar que se trató de un acto del Gobierno chino para silenciarla, al igual que a otros tantos disidentes encarcelados en 2012 como parte de una ola de detenciones emprendida por las autoridades de Pekín para combatir la expansión de las protestas originadas en el mundo árabe.
Ni denuncia también que dos años antes de su sentencia fue obligada a permanecer con su esposo, Dong Jiqin, en un hotel después de que su casa fuera demolida en 2008 sin contrapartida alguna. Ni calificó la habitación de "cárcel negra", un término informal empleado para describir lugares de detención usados en secreto por el Gobierno sin atender a procedimientos judiciales.
Por contra, la Fiscalía argumentó durante el juicio que la activista aceptó voluntariamente la propuesta de vivir en la habitación, algo que Ni, quien también ha denunciado amenazas por las fuerzas de seguridad, rechazó por completo, añadiendo que durante su estancia padecieron cortes en el suministro eléctrico y en el agua corriente.
La activista, de 54 años, es especialmente conocida en el país porque sufre una incapacidad que le obliga a desplazarse en silla de ruedas tras recibir una paliza en 2002 por parte de las fuerzas de seguridad durante un desalojo, y volvió a ser agredida en 2008 cuando se manifestó por los desahucios ordenados por el Gobierno durante los meses previos a la celebración de las Olimpiadas de Pekín.
"Tras la sentencia no me han permitido recibir tratamiento, así que mi estado físico se ha deteriorado", indicó. En este sentido, la activista ha salido de la cárcel con una inflamación en el cuello que antes no tenía, y que según la familia podría tratarse de un tumor.
Ni aseguró que tiene intención de exigir a la Policía que se le devuelvan todos sus bienes. "Si no luchamos por nuestros derechos, esperaremos a la muerte", declaró Ni, antes de denunciar también que no había recibido compensación alguna tras la demolición de su vivienda.
La posesión de sus bienes fue precisamente motivo de amenaza por parte de las fuerzas de seguridad, según la activista. "Me dijeron: 'Si te mueres, mejor, porque así todos tus bienes pasarán a propiedad del Estado'", indicó.