JERUSALÉN, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -
La administración del presidente estadounidense, Barack Obama, advirtió ayer (madrugada de hoy en España), en un giro sin precedente, de que está preparada para un posible enfrentamiento contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu por la cuestión árabe-isralí.
Por ese motivo, representantes del Gobierno se han reunido en las últimas semanas con congresistas demócratas y han sentado las bases de cómo actuar ante una probable confrontación con el país hebreo, gran aliado de Washington, según informaciones del diario israelí 'Haaretz'.
Los esfuerzos de la administración norteamericana están centrados en los congresistas del Partido Demócrata, que son mayoría tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes. Washington teme que Netanyahu podría ignorar las advertencias del Gobierno norteamericano y buscar respaldo en el Congreso para evitar la creación de un estado palestino paralelo al israelí.
A pesar de que el inquilino de la Casa Blanca se ha comprometido en garantizar la seguridad en Israel y continuar con el acuerdo de asistencia militar firmado por su predecesor George W. Bush, ha vuelto a insistir en la necesidad de acabar con la enemistad entre israelíes y palestinos. "Creo que la paz en Oriente Próximo es posible. Creo que estará basada en dos estados uno al lado del otro", aseveró durante un encuentro con estudiantes turcos en Estambul al término de su visita de dos días a Turquía.
Así pues, el demócrata considera que la creación de dos estados es la solución idónea al problema, por lo que pedirá al primer ministro israelí que se comprometa con los objetivos marcados por anteriores gobierno en Tel Aviv, es decir, que acepte el principio de la creación de un estado palestino, que interrumpa las actividades en los asentamientos israelíes en tierras palestinas, y que suministre asistencia económica y de otros tipos a la Autoridad Palestina.
COMPROMISO MUTUO
Los representantes del gabinete de Obama dejaron claro ante el Congreso que para que ambas partes firmen la paz es necesario también el compromiso de los palestinos, quienes deben cumplir con sus obligaciones ya establecidas durante el proceso de Annápolis celebrado a finales de 2007 a propuesta de la administración Bush y en la que iraelíes y palestinos sentaron las bases para lograr la paz.
Así las cosas, la administración de Estados Unidos no se mostró preocupada por las últimas declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores israelí, Avigdor Lieberman, quien criticó duramente el proceso de Annápolis y aseguró que Israel no está comprometida con los acuerdos alcanzados en dicha reunión. Unos comentarios que le valieron las críticas del ministro de Defensa, Ehud Barak, y la líder del partido Kadima y de la oposición, Tzipi Livni, entre otros políticos israelíes.
Así las cosas, Washington pretende esperar hasta conocer de primera mano la posición de Netanyahu cuando se reúna el mes que viene con Obama en Washington.
La situación en Oriente Próximo se agravó a finales del mes pasado cuando Israel lanzó una ofensiva de 22 días ininterrumpidos en la Franja de Gaza en respuesta a ataques previos llevados a cabo por milicianos del Movimiento para la Resistencia Islámica (Hamás) que gobierna 'de facto' la Franja. Como resultado de la ofensiva, más de 1.300 palestinos murieron, en su mayoría civiles. En el otro bando se estima que fueron 13 israelíes los que perdieron la vida.
Asimismo, la administración de Obama no mostró rechazo ninguno a que Israel y Siria reanuden sus negociaciones aunque insistirán en la necesidad de que no empleen su relación con este país como excusa para evadir sus obligaciones con los palestinos.