El cuerpo de los albinos puede valer decenas de miles de euros en el mercado negro
MADRID, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -
El continente negro, África, esconde a una población de piel, pelo y ojos claros que arrastra todo tipo de leyendas. Las personas con albinismo son los 'fantasmas' de una región que ha tenido que ver cómo los albinos morían por decenas, víctimas de ataques, para comenzar a atenderlos y protegerlos.
La persecución de los albinos es a su vez origen y consecuencia de toda una serie de supersticiones. Parte de la población les ve como una maldición que lleva aparejada mala suerte, enfermedades o incluso la muerte. Al mismo tiempo, son un bien preciado tanto por intereses económicos como de brujería.
"La gente los rechaza pero al mismo tiempo los quiere", ha advertido a Europa Press una portavoz de la ONG AIPC Pandora, Neus Gozalbo, que ha comprobado sobre el terreno la discriminación que sufre la población albina en Tanzania.
Entre las creencias extendidas figura que mantener relaciones sexuales con una mujer albina puede curar el sida, que beber la sangre de una persona con albinismo atrae la buena fortuna o que su cuerpo --todo o por partes-- puede convertirse en amuleto. La brujería local considera que los miembros amputados de estos 'fantasmas' son fuente de riquezas e incluso hay quien considera que, cuanto más grite la víctima en una amputación, mayor será la suerte.
El Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU ha alertado de que la demanda de partes de albinos suele aumentar durante el periodo electoral en busca de la buena suerte en las urnas, lo que convierte este tipo de procesos participativos en una amenaza para este perseguido colectivo.
La ONU ha asegurado que, entre 2000 y 2013, se produjeron más de 200 ataques vinculados a ceremonias rituales en un total de 15 países del continente africano.
EL PRECIO
Al margen del interés esotérico en torno a los albinos, impera otro enfoque más materialista que equipara a los albinos a animales salvajes objetivo de la compraventa ilegal. Un informe difundido en 2009 por la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja mencionaba que un 'paquete completo' de brazos, piernas, genitales, orejas, lengua y nariz podía llegar a venderse en Tanzania por unos 75.000 dólares.
En 2010, un tribunal de este país africano condenó a una persona por intentar vender a un hombre albino por 250.000 dólares, según Naciones Unidas, si bien los precios varían en función de los diversos informes. La ONG Under The Sun ha apuntado que un brazo puede llegar a costar en el mercado negro entre 2.000 y 4.000 dólares.
"NO HE CONOCIDO LA FELICIDAD"
A nivel social, la historia de la comunidad albina equivale a miedo y ostracismo. La organización Standing Voice ha alertado de que, en Tanzania, sólo la mitad de los niños albinos concluyen la educación primaria y sólo el 7 por ciento encuentra un empleo estable.
La creencia de que los niños albinos son fuente de mala suerte o fruto de una relación con mujeres infieles acarrea en muchas ocasiones el abandono o incluso el asesinato de bebés y madres, repudiados por sus propias familias.
"No he conocido la felicidad", contó a la ONU una de estas víctimas, que recordó como ya desde pequeña su padre la rechazaba y se refería a ella como un "demonio" ante sus hermanos. "No quiso mandarme a la escuela", relató.
Fue su tío quien le ayudó a que pudiese estudiar, pero en las clases la situación tampoco difirió a la de su hogar, ya que profesores y alumnos contribuyeron a la mofa y la marginación. "Se reían porque no podía ver la pizarra".
Finalmente, harta de insultos, dejó el colegio y se vio "en la calle, sin ayuda". "Cuando intentaba vender productos en el mercado, nadie quería comprarlos. Un hombre me violó y ahora tengo un hijo de 15 meses. Me siento sola y desesperada", lamentó, en un duro testimonio que da cuenta de una de tantas historias.
MUCHO POR HACER
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha cifrado en más de 70 el número de personas asesinadas en Tanzania en la última década por su condición de albinos. Sin embargo, en este periodo sólo se han concluido cinco procedimientos judiciales.
El caso de Burundi también refleja una tendencia similar, ya que aunque desde 2008 las autoridades han detenido a once personas por supuestos ataques contra albinos, sólo una ha sido condenada. Por su parte, en República Democrática del Congo dos personas fueron condenadas a muerte en 2010 por el asesinato de un albino.
Esta población encara por tanto un escenario en el que no sólo debe sobrevivir a la persecución sino que tiene que hacer frente a unas autoridades que han pasado años haciendo oídos sordos. La ONU admite que muchos albinos optan por no denunciar por falta de confianza en el sistema o porque temen una mayor estigmatización, en muchos casos debido a la participación de familiares en los ataques.
"Es sorprendente que los brujos y asesinos sean detenidos, digan quiénes son sus clientes y aun así la Policía no actúe", lamentó en enero el responsable de la ONG canadiense Under the Same Sun (UTSS), Peter Ash. Para Ash, es "aterrador" constatar que si la propia población no se organiza, "la guerra contra los albinos nunca tendrá fin".
INICIATIVAS
Una portavoz de la Policía tanza, Advera Bulimba, ha defendido en declaraciones a 'The Guardian' la labor de las autoridades y ha criticado a quienes "hablan por hablar". "Hemos detenido y llevado ante los tribunales a los sospechosos implicados tanto en el asesinato de personas con albinismo como en la venta de sus cuerpos", ha alegado Bulimba, que ha emplazado a quienes tengan información al respecto a acudir a las autoridades.
El Gobierno de Tanzania anunció en enero de este año la prohibición de las actividades de los curanderos, en un intento por poner fin a los ataques contra ciudadanos con albinismo. Esta medida ---que ya había sido anunciada en 2009 y posteriormente retirada, recuerda UTSS-- llega tras gestos de aperturismo como la llegada de los primeros representantes albinos al Parlamento.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha encargado a un comité asesor que elabore un informe relativo a los derechos de la población albina. El texto deberá ser presentado en la sesión que se celebrará en este órgano en marzo de 2015 y previsiblemente devolverá a los titulares a una población olvidada.