NUEVA YORK 6 May. (EUROPA PRESS) -
El autoproclamado autor intelectual de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Nueva York, Washington y Pensilvania, Jalid Sheij Mohamed, y sus cuatro presuntos cómplices que están siendo juzgados desde este sábado en la Base de Guantánamo se han negado a escuchar al juez militar que preside el proceso, aún en fase preliminar.
Mohamed, normalmente muy locuaz, y sus cuatro presuntos cómplices no han querido responder al juez, el coronel James Pohl, quien les había preguntado nada más comenzar el juicio si querían mantener sus actuales abogados, militares y civiles, o si preferían representarse ellos mismos.
Uno de los abogados civiles de Mohamed, Cheryl Borman, vestida con un hiyab --pañuelo islámico-- negro, ha explicado que los acusados se niegan a hablar en protesta por haber sido "maltratados" por los guardias de la prisión de Guantánamo. Otro abogado civil, David Nevin, ha señalado que el motivo de su cliente es en protesta "por la tortura que se le ha impuesto".
Borman ha indicado además que el equipo fiscal debería vestirse de froma apropiada porque los acusados incurrirían en pecado si les mirasen conforme estaban vestidos.
El juez Pohl dijo entonces que no permitiría a Mohamed y a los demás acusados "frustrar" el proceso y que, si mantenían su silencio, daría por hecho que aceptan a sus actuales abogados. De hecho, los acusados se han negado a utilizar los auriculares en los que se escuchaba la traducción al árabe, por lo que, tras un breve receso, un traductor ha traducido de viva voz cada una de las intervenciones.
El proceso ha seguido adelante sin mayores incidentes hasta que uno de los acusados, el yemení Ramzi Binalshibh, ha acusado a las autoridades estadounidenses de comportarse como el libio Mumamar Gadafi. "La era de Gadafi ha terminado, pero no en esta base", ha gritado dirigiéndose al juez Pohl. "Puede que nos maten", ha agregado. El juez le ha advertido de que si continuaba hablando sin tener la palabra sería evacuado de la sala, tras lo que Binalshibh se sentó.
Cuando habían pasado ya 25 minutos desde el inicio de la vista se ha cortado la señal de vídeo y audio que recibían los periodistas que siguen el juicio, ya que un abogado de Walid bin Attash ha mencionado algo considerado información clasificada. La sesión se transmite con un retraso de 40 segundos y los periodistas se encuentran tras un cristal que impide el paso de sonidos.
Bin Attash, también yemení, llegó a la sala en una silla con cadenas porque se había negado a participar, pero los grilletes le fueron retirados cuando un abogado militar aseguró que no interrumpiría. El propio Bin Attash y un paquistaní, Abd al Aziz Alí, han rezado de pie en medio de la sala.
Mohamed y sus cuatro compañeros, Walid bin Attash, Ramzi Binalshibh, Alí Abdul Aziz Alí y Mustafa al Hawsawi, han sido acusados de asesinato, crímenes de guerra, destrucción de la propiedad, secuestro, ataque contra civiles y terrorismo por su implicación a diferentes niveles en la operación terrorista que acabó con la vida de 2.976 personas e inició un contraataque estadounidense en Afganistán e Irak en busca del líder de la red terrorista Al Qaeda, Usama Bin Laden, asesinado hace un año en Pakistán por fuerzas militares de EEUU.
Los cinco acusados llevan años encerrados en la prisión militar de Bahía de Guantánamo y denuncian haber sido objeto de torturas para que confesaran su implicación en los atentados. Todos ellos permanecieron tres años en prisiones secretas de la CIA antes de ser trasladados en 2006 a la prisión de Guantánamo. La propia agencia estadounidense ha reconocido que Mohamed fue sometido a la técnica del 'waterboarding' o simulación de ahogamiento hasta en 183 ocasiones.
JUICIO RETRASADO
Mohamed y sus cuatro colaboradores han apelado a su derecho de retrasar de forma indefinida el juicio debido a que los cargos de terrorismo y asesinato pueden acarrear la pena de muerte.
Dos de las partes defensoras han alegado reiteradamente al juzgado a que leyera las 87 páginas que argumentan los cargos imputados a los cinco acusados, ante lo cual los fiscales han cedido y han comenzado su lectura tras cumplirse más de diez horas de vista.
Esta ha sido la primera ocasión en el que el autoproclamado cerebro del atentado del 11 de septiembre y sus cuatro correligionarios han sido vistos en público en más de tres años. En un juicio caótico, las dos cuestiones clave de esta vista ha sido la designación de los abogados defensores y determinar la imparcialidad de los fiscales. Los acusados se han negado a contestar a las preguntas del fiscal.
Los cinco imputados han permanecido más de tres años encarcelados en las prisiones secretas de la CIA antes de ser enviados a la cárcel de máxima seguridad situada en la base militar estadounidense de Guantánamo (Cuba). Todos han asegurado haber sido objeto de torturas en este centro penitenciario. Al respecto, la CIA ha reconocido que a Mohamed se le ha practicado 183 ocasiones la técnica del ahogamiento simulado.
Un reducido número de familiares escogidos por sorteo han viajado a la base de Guantánamo para asistir a la comparecencia tras una cristalera insonorizada como la de los periodistas.