BAGDAD, 15 Ago. (Reuters/EP) -
Al menos 34 personas han muerto y más de un centenar han resultado heridas debido a ocho atentados con coches bomba perpetrados este jueves en varios puntos de Bagdad, según un nuevo balance de víctimas confirmado por las fuerzas de seguridad locales.
Uno de los ataques se ha producido cerca de la denominada 'Zona Verde', un área fortificada que alberga a las Embajadas occidentales. La explosión de una bomba cerca del Ministerio de Exteriores, a unos 200 metros de la 'Zona Verde', ha causado cuatro fallecidos y 12 heridos.
Por otra parte, cinco personas han perdido la vida por otro atentado cerca de una comisaría de Policía en Baladiyar, en el este de Bagdad. "Las ventanas quedaron destrozadas y mis hijos comenzaron a gritar y a correr hacia todas partes, mi casa se llenó de humo", ha relatado una mujer herida con cortes de cristales y que ha culpado a "los políticos" del "deterioro de la situación de seguridad".
En el barrio bagdadí de Al Shurta al Rabaa, el estallido de un artefacto depositado en un vehículo que transportaba cilindros de gas ha dejado cuatro muertos, mientras que en Husseiniya, en el extremo noreste de la capital iraquí, la explosión de un minibús junto a una tienda de reparaciones ha provocado tres víctimas mortales.
La ola de violencia sectaria que sufre Irak desde hace meses ha disparado los fallecidos por atentados, hasta el punto de que el número mensual de muertos ronda ya los niveles de hace cinco años. El Ministerio del Interior ha reconocido este jueves en un comunicado que "las calles de Irak se han convertido en un campo de batalla para personas motivadas por el odio y directrices religiosas que no dudan en matar a gente inocente".
"Es nuestro destino ganar esta batalla, que tiene por objetivo destruir el país y convertirlo en otro Siria", ha advertido el Ministerio, en un mensaje sorprendentemente sincero.
El ministro de Exteriores iraquí, Hoshiyar Zebari, de visita en Washignton, le ha trasladado a su homólogo estadounidense, John Kerry, la "clara determinación" del Gobierno para "no volver" a la situación de seguridad del periodo 2007-2008. El Ejecutivo que lidera el chií Nuri al Maliki ha incrementado su campaña antiterrorista para tratar de contener la insurgencia.
Kerry, por su parte, ha reiterado el "compromiso" de Estados Unidos con el pueblo y las autoridades iraquíes, a las que ha ofrecido colaboración para aguantar las "presiones". Sin embargo, ha instado al Ejecutivo iraquí a hacer avances en cuestiones políticas y económicas, así como a progresar en temas constitucionales, para rebajar el descontento social.