NUEVA YORK, 7 May. (Reuters/EP) -
El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha afirmado este martes que el señor de la guerra ugandés Joseph Kony, líder del Ejército de Resistencia del Señor (LRA), se encuentra escondido en el enclave sursudanés de Kafia Kingi, ubicado en la frontera con República Centroafricana (RCA) y Sudán y controlado por este último país.
En un informe presentado ante el Consejo de Seguridad, Ban ha sostenido que, pese a que el Gobierno sudanés ha indicado que no hay miembros del LRA en el enclave, "fuentes creíbles sugieren que Kony y varios de sus principales comandantes se esconden en las áreas (de Kafia Kingi) controladas por Sudán".
"Se cree que el LRA se ha dividido en varios grupos con mucha movilidad que operan con un importante grado de autonomía en RCA y República Democrática del Congo (RDC)", ha indicado Ban.
En este sentido, ha detallado que estos grupos "están involucrados principalmente en actividades de supervivencia que incluyen ataques contra civiles, asesinatos, secuestros y saqueos". "No hay informes recientes sobre asesinatos premeditados en masa u otros abusos graves", ha apuntado.
La Oficina Para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) ha cifrado en 65 el número de ataques ejecutados por el LRA en el primer trimestre de 2014 en RCA y RDC, en los que 93 personas fueron secuestradas y otras dos fueron asesinadas.
Ban ha agregado que, al parecer, importantes comandantes del LRA se han asentado en el noreste de RCA, aprovechando la inestabilidad en el país para reagruparse.
"Se sospecha de que algunos excombatientes de (la milicia) Séléka y algunos líderes comunitarios estarían en colusión con el LRA y entregándole información sobre las operaciones y suministros --incluyendo armas y municiones-- de la fuerza regional (desplegada en el país)", ha dicho.
"A pesar del continuado descenso de las actividades del LRA, el grupo sigue siendo una grave amenaza, con su cúpula intacta y con el potencial de desestabilizar la subregión", ha remachado Ban.
Kony encabezó durante casi dos décadas una brutal lucha contra el Gobierno ugandés en la parte norte del país, antes de huir junto a sus milicianos a las selvas de la parte central de África en 2005.
El LRA tiene un largo historial de ataques con extrema violencia, incluida la amputación de extremidades como castigo, violaciones a niñas y secuestros de menores para su utilización como esclavas sexuales.