BRUSELAS 14 Jun. (EUROPA PRESS) -
El rey Alberto II de Bélgica se reunió hoy con los líderes de los dos partidos vencedores en las elecciones generales de este domingo, los independentistas flamencos del N-VA de un lado y los socialistas valones del otro, pero continuará mañana los contactos con el resto de fuerzas antes de elegir al candidato para formar gobierno.
El designado deberá negociar una coalición que mantenga el tenso equilibrio entre las dos principales comunidades lingüísticas (neerlandófona y francófona), contener el fuerte endeudamiento del país y, sobre todo, afrontar una profunda reforma del Estado que dé más competencias a las regiones, con el temor a la escisión del país como debate de fondo.
Una mayor autonomía para las regiones en materia fiscal, empleo y seguridad social y compartir la gestión de Bruselas son las exigencias de los nacionalistas flamencos, pero también líneas rojas para las formaciones valonas, que temen quedar relegadas por el norte, región más rica y con mayor población.
En este contexto, Alberto II recibió en la tarde del lunes al gran triunfador de estas elecciones anticipadas, el líder del joven partido independentista y conservador flamenco Nueva Alianza Flamenca (N-VA), Bart de Wever, quien no revela sus exigencias más allá de su disposición a "regalar el puesto de primer ministro a un francófono, si esto sirve de garantía para grandes reformas".
Más tarde, llegó al Castillo de Laeken el líder del Partido Socialista valón (PS), Elio di Rupo, el único señalado por medios y analistas como el que podría ser el próximo primer ministro de Bélgica, si De Wever mantiene lo insinuado en los últimos días. Di Rupo se convertiría así en el primer francófono en ocupar este cargo en las últimas tres décadas.
Aunque este lunes aseguraba que ser primer ministro no es una cuestión en la que piense "cada mañana en el afeitado", ya este domingo se declaraba "dispuesto a reformar el Estado" si se garantiza que supondrá "prosperidad para flamencos, valones y bruselenses" por igual.
La complejidad de las coaliciones posibles augura largas negociaciones antes de que Bélgica tenga un nuevo gobierno (Leterme tardó nueve meses en conseguirlo tras ganar los comicios de 2007), pese a que dentro de quince días asumirá la presidencia de turno de la UE.
La propia Comisión Europea admitió este lunes que se trata de un importante "desafío" para los belgas, pero confió en que serán capaces de plantear una presidencia europea "eficaz y ambiciosa".
REPARTO DE ESCAÑOS
Tras los 27 escaños de N-VA y los 26 que consiguieron los socialistas valones (que serían la fuerza más representada si se unen a los 13 escaños de los socialistas flamencos), otras fuerzas independentistas de la mitad norte del país sufrieron pérdidas importantes, como la Lista de DeDecker, que sumará un escaño o ninguno, y la ultraderecha de Vlaams Belang, que reduce a 12 escaños los 17 conseguidos en los comicios de 2007.
También han perdido apoyos los liberales de las dos comunidades: el Movimiento Reformador (MR) valón cayó cinco escaños, hasta los 18, mientras que los flamencos del OpenVLD --que con su salida del Gobierno de coalición forzaron la dimisión del aún primer ministro, el democristiano Yves Leterme-- se quedan con 13 escaños, tras perder también cinco representantes.
La formación de Leterme, los Cristianodemócratas y Flamencos (CD&V), tras tres legislaturas siendo la primera fuerza, consigue 17 escaños, mientras que su equivalente francófona (CdH) obtiene 9 escaños.