El veterano presidente apenas ha hecho campaña pero parte como favorito ante la falta de un candidato único de la oposición
MADRID, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -
A Paul Biya, presidente de Camerún desde 1982, apenas le hace falta hacer campaña electoral para tener prácticamente asegurada su reelección en las elecciones de este domingo. Su control de todo el aparato del Estado y la división de la oposición, incapaz de consensuar un candidato único que logre hacerle sombra, le han dejado el camino allanado para imponerse en las presidenciales a una sola vuelta.
Y ello pese a que el mandatario, de 85 años y que pasa largas temporadas fuera del país, es cada vez más impopular entre los cameruneses, el 75% de los cuales no han conocido a otro presidente que no haya sido Biya. Quizá por este motivo, muchos de sus siete rivales en la contienda han recurrido a las redes sociales para movilizar el voto de los más jóvenes, ante la falta de medios.
En las que serán sus séptimas presidenciales, Biya, candidato de la Agrupación Democrática del Pueblo Camerunés (RDPC), tendrá que verse las caras con otros siete candidatos, entre los que destacan Joshua Osih, del Frente Social Democrático (SDF, la principal fuerza opositora); Garga Haman Adji, de la Alianza para la Democracia y el Desarrollo (ADD), tercero en los comicios de 2011; Maurice Kamto, del Movimiento para el Renacimiento de Camerún (MRC); y Cabral Libii, de Universo.
La candidatura de Kamto se ha visto reforzada con un acuerdo de última hora con Akere Muna, del Frente Popular para el Desarrollo (FPD), quien anunció el viernes su retirada para respaldarle en los comicios.
Según un sondeo publicado por el think-tank camerunés Nkafu Policy Institute en septiembre, el mandatario, que ganó las últimas elecciones con casi el 78% de los votos y que ha usado como lema de campaña "La fuerza de la experiencia", cuenta con un respaldo del 29,82%.
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Le sigue, aunque alejado, Osih con un 13,1% tras tomar el testigo del histórico opositor Ni John Fru como candidato del SDF, seguido por el exministro Kamto, con un 12,65%, y Libii, con el 11,24%, mientras que el resto de candidatos no superan el 5% de apoyo. A esto se suma un 23,54% de encuestados que se muestran indecisos.
LA OPOSICIÓN NO LOGRA UN CANDIDATO ÚNICO
Tras la confirmación de los candidatos, Libii hizo un llamamiento a acordar un candidato único para aunar esfuerzos y tener más posibilidades de derrotar a Biya, pero finalmente el acuerdo no se ha materializado.
Muna pidió el viernes al resto de candidatos que abandonen igualmente la carrera electoral y respalden a Kamto, al tiempo que ha solicitado a la población "un apoyo masivo" al candidato del MRC.
Sin embargo, Osih ha rechazado esta posibilidad y ha afirmado que "sigue siendo candidato". "Camerún necesita un verdadero cambio. Para nosotros, Kamto-Muna y Biya son el mismo perro con distinto collar", ha zanjado, según Radio France Internationale.
Las elecciones se celebran además en un contexto de inseguridad en dos zonas del país, el Extremo Norte, por la presencia del grupo islamista Boko Haram, y en la parte anglófona en el oeste, donde la insurgencia separatista ha ido cobrando vigor a raíz de la dura respuesta del Gobierno ante las protestas iniciales reclamando un mayor papel de esta minoría en el país mayoritariamente francófono.
CRISIS ANGLÓFONA
De estas dos situaciones, sin duda la que más preocupa, tanto dentro como fuera de Camerún, es la que se vive desde noviembre de 2016 en las provincias de Noroeste y Suroeste. Estas dos regiones fueron colonia británica y optaron por unirse al Camerún francófono en una federación en 1961, si bien en 1972 se dejó paso a una república unida, quedando aparcado el federalismo.
Según el citado sondeo del Nkafu Policy Institute, el 65,04% de los cameruneses consideran que la crisis anglófona constituye la mayor amenaza para el país, por delante de un posible fraude electoral (13,21%) y de la insurgencia de Boko Haram (11,36%).
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En cuanto a la manera de resolver la crisis, el 85,49% apuestan por el diálogo y solo un 7,84% por la vía militar. Respecto a cuál sería la mejor solución, el 60,72% se decantan por una descentralización efectiva, el 25% por el restablecimiento de la federación y el 13,45% por la separación efectiva.
Esta última opción, la de la independencia, solo es respaldada por el 39,77% de los anglófonos, lo que indicaría que la población no respalda necesariamente a los grupos separatistas, si bien, coinciden los expertos, la respuesta a sangre y fuego del Gobierno de Biya a lo que comenzaron siendo protestas pacíficas ha atraído a muchos jóvenes a sus filas.
LOS SEPARATISTAS HAN AMENAZADO CON ATAQUES
Es en esta región donde el riesgo de que se produzcan actos violentos durante la jornada electoral es mayor. Los grupos separatistas "han dicho abiertamente que no quieren que se celebren las elecciones en las dos regiones y han dejado claro que tratarán de asegurarse de ello", explica a Europa Press la coordinadora humanitaria de la ONU en Camerún, Allegra Baiocchi.
"Han dicho que van a atacar los colegios electorales, a la gente que vaya a votar", subraya, incidiendo en que "han prohibido las elecciones del mismo modo que han prohibido que los niños vayan a la escuela y la educación". Los separatistas anglófonos han atacado con frecuencia escuelas y secuestrado a profesores porque consideran que el sistema de enseñanza es una imposición del Gobierno camerunés.
Esta amenaza habría causado mella en muchos residentes en las dos regiones, lo que explicaría el que en las últimas semanas numerosas personas hayan huido "en busca de un entorno más seguro ante la proximidad de las elecciones", afirma Baiocchi, que no ha podido ofrecer cifras exactas.
Por ahora, la ONU estima que, desde que se recrudeció el conflicto a raíz de la declaración unilateral de la independencia de la zona anglófona bajo el nombre de Ambazonia el 1 de noviembre de 2017, unas 240.000 personas se han visto desplazadas en Suroeste y otras 100.000 en Noroeste, mientras que entre 20.000 y 35.000 han buscado refugio en la vecina Nigeria.
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Para contrarrestar el posible riesgo de ataques, las autoridades han optado por instalar los colegios electorales en instalaciones de las fuerzas de seguridad, lo cual podría perturbar el voto. También tendrán problemas para votar los desplazados ya que para poder votar hay que estar registrado.
LA OPOSICIÓN, LA MÁS PERJUDICADA
Así las cosas, si la jornada electoral se ve perturbada en la parte anglófona del país a quien más podría perjudicar es a la oposición. Las dos regiones han sido un bastión tradicional del SDF y de hecho Osih, su candidato, procede de la zona anglófona.
Akere Muna también es oriundo del Noroeste. El abogado, que ha sido vicepresidente de Transparencia Internacional, ha subrayado que si los anglófonos, que suponen 5 de los 24 millones de habitantes del país, no pueden votar "la ironía es que los secesionistas podrían estar ayudando a Biya".
Por otra parte, en el Extremo Norte, las actividades de Boko Haram han provocado el desplazamiento de más de 300.000 personas, además de la llegada de decenas de miles de refugiados nigerianos. La ciudad de Maroua, la capital, fue precisamente el escenario del único acto de campaña de Biya.
El mandatario ha dado por ganada la batalla contra Boko Haram, si bien el grupo islamista sigue activo, y apostó durante el acto por la reconstrucción de la región, consciente quizá de que en el Extremo Norte hay registrados más de 1,25 millones de votantes, del total de 6,5 millones que votarán el domingo.
Como en la parte anglófona, las necesidades humanitarias de la población son muchas y los fondos, lamenta Baiocchi, no llegan. Por ahora solo se ha recibido el 16% de lo solicitado.