LA PAZ 29 Sep. (EUROPA PRESS) -
Grupos defensores de los Derechos Humanos en Bolivia, el Defensor del Pueblo, las autopsias realizadas por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), la declaración del principal acusado y los testimonios de las víctimas confirmaron que el 11 de septiembre en Pando ocurrió una masacre planificada y ejecutada, y no un enfrentamiento, según pudo saber 'ABI'.
El 11 de septiembre en Pando, los enfrentamientos entre partidarios y opositores del Gobierno del presidente de Bolivia, Evo Morales, ocasionaron la muerte a ocho personas e hirieron a otras 34. Sin embargo, la investigación ha revelado que un grupo armado disparó contra los campesinos sin causa justificada, provocando una masacre de campesinos desarmados.
Las evidencias señalan que un puente ubicado a siete kilómetros de Porvenir fue el escenario de la masacre, donde cientos de campesinos marchaban hacia Cobija en protesta de la violencia impulsada por el prefecto Leopoldo Fernández. Los testimonios e indicios señalan que paramilitares entrenados y financiados por Fernández arremetieron el jueves 11 contra la gente indefensa.
"Estos funcionarios y sicarios se dieron a la cobarde acción de ametrallar a los campesinos, mujeres, niños, ancianos y a los estudiantes normalistas con asiento en Filadelfia", señala el informe de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB).
Otro elemento que confirma la masacre de campesinos, son las autopsias que efectuaron los peritos de la Fuerza Especial de la Lucha Contra el Crimen (FELCC) en la ciudad de Cobija, quienes establecieron que los campesinos y estudiantes fueron golpeados, tiroteados y estrangulados.
Por su parte, el juez de Instrucción del juzgado de lo Penal, Williams Dávila Salcedo, reveló que Leopoldo Fernández ordenó el uso de vehículos de la Prefectura para que los armados fueran a reprimir a los campesinos que marchaban hacia Cobija, supuestamente para generar disturbios.