"Era algo que anticipábamos y al mismo tiempo temíamos", dice la OMS, tras confirmar que un doctor tiene la enfermedad
MADRID, 24 Ago. (EUROPA PRESS) -
El brote de ébola declarado en el este de República Democrática del Congo (RDC) ha llegado a una "zona de alta inseguridad" en la que opera una del centenar de milicias activas en esta parte del país africano y confirmado así los peores temores, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según ha contado en Ginebra el jefe de operaciones de emergencia de la OMS, Peter Salama, un doctor que vive en Oicha, en Kivu Norte, la provincia donde comenzó el brote, ha vuelto a ser hospitalizado con síntomas de ébola después de que su mujer se confirmara que contrajo la enfermedad cuando viajó a la cercana ciudad de Beni.
Oicha se encuentra totalmente rodeada por la milicia islamista ugandesa Fuerzas Aliadas Democráticas (ADF) por lo que hay "temores extremadamente graves de seguridad", ha reconocido Salama, según informa Reuters. Según el responsable, cooperantes, sacerdotes y funcionarios gubernamentales están retenidos como rehenes en la zona.
Aunque el análisis inicial por ébola resultó negativo, se están esperando nuevos resultados, ha indicado Salama. Por ahora, se ha identificado a 97 de los contactos del médico que podrían haber estado expuestos al virus y se ha comenzado una campaña de vacunación en la localidad.
"Así que por primera vez realmente tenemos un caso confirmado y contactos en una zona de inseguridad muy alta. Realmente era el problema que estábamos anticipando y el problema que al mismo tiempo temíamos", ha reconocido Salama.
Según ha indicado, expertos sanitarios y de la OMS han llegado a Oicha con escolta armada de efectivos de la Misión de la ONU en RDC (MONUSCO) esta semana. "Sabemos que a partir de ese incidente, ahora en Oicha vamos a tener que operar en algunos entornos muy complejos debido a los problemas de seguridad y acceso", ha añadido.
Por otra parte, el responsable de la OMS también ha informado de que jóvenes enfurecidos han quemado un centro de salud en otra localidad en la que está en marcha la vacunación tras tener noticia de una muerte por ébola.
"Estamos en un momento bastante crucial en este brote en términos de la evolución epidemiológica del mismo y en términos de la respuesta", ha admitido Salama.
103 CASOS Y 63 MUERTOS
Según el último balance publicado por el Ministerio de Salud congoleño este jueves, los casos han superado el centenar, con 103, de los que 76 son confirmados y 27 probables. Por otra parte, se contabilizan 63 fallecidos, 36 de ellos entre los casos confirmados de la enfermedad.
Desde que se conoció el nuevo brote el pasado 1 de agosto, tan solo unos días después de dar superado el último, se había advertido del problema que la inseguridad imperante en Kivu Norte y también en la vecina provincia de Ituri, donde ya se han registrado nueve casos y tres muertes.
"Hay un contexto de seguridad complejo y los trabajadores humanitarios hay zonas a las que no podemos entrar por el conflicto armado", ha explicado a Europa Press la responsable de vacunación y respuesta a emergencias de Médicos Sin Fronteras (MSF), Miriam Alía.
A esto se suma el reto de que hay distintos focos, lo que exige montar la respuesta en cada una de ellas ya que "los traslados son muy complejos. Los distintos equipos tienen que trabajar de forma autónoma, aunque coordinados, lo que exige "más recursos humanos y de coordinación", ha aclarado.
Por otra parte, ha subrayado que el hecho de que en este brote haya al menos trece personas del personal sanitario afectadas "esto hace que sea mucho más peligroso porque los centros de salud y los hospitales se convierten en zonas de riesgo para la expansión de la epidemia".
UN CENTENAR DE GRUPOS ARMADOS ACTIVOS
Según ha advertido este viernes el portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Andrej Mahecic, solo en Kivu Sur hay un millón de desplazados internos y se estima que hay más de un centenar de grupos armados activos que "continuamente aterrorizan a la población".
Además, a ACNUR le preocupa especialmente "el deterioro de la situación en el territorio de Beni", afectado por la epidemia de ébola y donde viven 1,3 millones de personas, ha indicado, subrayando que las operaciones del Ejército congoleño contra ADF no han hecho que remita la violencia.
Pese a ello, un equipo de ACNUR consiguió llegar a principios de agosto hasta el norte de Beni y realizar una evaluación humanitaria en los distritos de Eringeti y Oicha --donde ahora la OMS ha confirmado el caso de ébola--.
Aquí, los residentes relataron al personal de ACNUR "brutales ataques contra civiles con machetes, historias de masacres, extorsión, desplazamiento forzoso y otras violaciones de Derechos Humanos", ha señalado Mahecic. En esta zona, la violencia sexual y el reclutamiento de niños sociales también son frecuentes, ha precisado, incluyendo la localidad de Oicha entre las que la "la violencia es particularmente rampante".
Esta localidad, al igual que Beni, acogen a muchos de los que se han visto desplazados por la violencia quienes, al igual que las comunidades de acogida, son "presa de ataques brutales e impredecibles", ha indicado Mahecic.