BANGUI 13 Feb. (Reuters/EP) -
Los candidatos a las elecciones que se celebran este fin de semana en República Centroafricana cerraron la campaña electoral el viernes entre promesas de poner fin a años de masacre religiosa y étnica en el empobrecido país.
Los electores se citarán este domingo en las urnas en una última ronda de presidenciales en las que se disputan el cargo los ex primeros ministros Anicet-Georges Dologuélé y Faustin-Archange Touadéra. También tendrán que votar en la repetición de una primera ronda en las legislativas que fue cancelada debido a irregularidades.
La última crisis de un país que ha vivido mucho tiempo en conflicto estalló a comienzos de 2013, cuando los rebeldes de la 'Séléka', que proceden principalmente de la minoría musulmana, derrocaron al presidente François Bozizé, provocando una oleada de represalias mortales contra los combatientes de las milicias cristianas. Miles de personas han muerto en la violencia en el país, y uno de cada cinco centroafricanos ha huido, o interna o externamente.
En este contexto, las cuestiones sobre la paz y la reconciliación han estado en el centro de las campañas de los dos candidatos. En el PK5, el único enclave musulmán de la capital, Bangui, decenas de camiones y motocicletas portando a seguidores de Touadéra llenaron las polvorientas calles del barrio.
"Por supuesto, hemos organizado las elecciones. Pero es sólo un elemento (...) de la salida de esta crisis", aseguraba el candidato, un profesor de Matemáticas, en un debate televisado.
"Aún hay hermanos centroafricanos con armas (...). Justo después de estas elecciones, debemos abrir el diálogo con ellos para que (el desarme) empiece de forma inmediata", afirma.
El período electoral, que arrancó a mediados de diciembre con un referéndum constitucional, ha sido relativamente pacífico. Y la participación de casi el 80 por ciento en la primera ronda se vio como una muestra del deseo del pueblo centroafricano de pasar página a años de violencia.
"DIOS NOS ENSEÑÓ A PERDONAR"
"Está cambiando. He visto el cambio", sostiene Coretta Gonda, de 25 años, que perdió a su tío y a su hermano pequeño en los combates y cuya vivienda fue saqueada. "Dios nos enseñó a perdonar. Yo estoy preparada para hacerlo".
Gonda estaba entre las miles de personas que se reunieron en el estadio nacional de fútbol el viernes para el mitin que cerraba la campaña de Dologuélé, un banquero que ha trabajado en varias instituciones financieras regionales.
"El país se ha caído. Debemos levantarlo de nuevo", aseguró el candidato ante la multitud de seguidores. "Todos los que estáis aquí podéis levantarlo de nuevo".
Tanto Dologuélé como Touadéra tienen una relación cercana con el líder depuesto, Bozizé, que ahora mismo está sujeto a una orden internacional de arresto y que ha sido acusado por investigadores de la ONU de respaldar a las milicias cristianas.