Boko Haram, los talibán, Al Qaeda y Estado Islámico han sido responsables del 66 por ciento de las muertes
LONDRES, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un total de 17.958 personas perdieron la vida en atentados terroristas perpetrados en 2013, lo que representa un aumento del 61 por ciento con respecto a las 11.133 muertes registradas en 2012, según los datos del Índice Global de Terrorismo (GTI, por sus siglas en inglés), elaborado por el Instituto de Paz y Economía (IEP).
El número de atentados ha registrado un claro incremento en 2013, al pasar de los 6.825 ataques de 2012 a los 9.814, lo que supone un 44 por ciento más. La mayoría de los ataques han sido perpetrados con artefactos explosivos y menos del 5 por ciento son obra de terroristas suicidas. Cuatro grupos terroristas: Boko Haram, los talibán, Al Qaeda y Estado Islámico son los responsables del 66 por ciento de las muertes en atentados.
El estudio realizado desde 2012 por el IEP analiza el impacto del terrorismo en 162 países del mundo desde 2000 hasta 2013, incluyendo el número de "incidentes" terroristas, las víctimas mortales, los heridos y los daños materiales.
Pulsa sobre cada país para ver qué posición ocupa en el ranking:
Más del 80 por ciento de los atentados registrados en 2013 se han concentrado en cinco países: Irak, Afganistán, Pakistán, Nigeria y Siria. Irak continúa siendo el país más afectado por el terrorismo, con 2.492 atentados que han dejado 6.362 muertos, un aumento del 164 por ciento respecto a 2012, y con Estado Islámico como el grupo más activo.
En el resto de países del mundo, en 2013 se contabilizaron 3.721 ataques terroristas que dejaron 3.236 fallecidos, lo que representa una subida del 50 por ciento frente al año anterior. En cifras totales, 60 países han sufrido atentados con muertos en 2013.
COMBATIENTES EXTRANJEROS EN SIRIA Y ORIENTE PRÓXIMO
El Índice Global de Terrorismo estima que el número de combatientes de Europa que están combatiendo en Siria es de al menos 396 milicianos y, como máximo, de 1.846. El número de milicianos europeos desplegados en la región de Oriente Próximo se sitúa en al menos 1.930 combatientes y, como máximo, en 6.664.
El estudio también revela que las dos estrategias más exitosas para acabar con grupos terroristas desde los años 60 son la persecución policial y el inicio de un proceso político, toda vez que el 80 por ciento de las organizaciones que han dejado las armas lo han hecho por estas dos vías. Solo un diez por ciento de los grupos terroristas han desaparecido porque han logrado sus objetivos y un 7 por ciento han sido desarticulados por operaciones militares.
El GTI analiza, además, el riesgo que afrontan los países de sufrir nuevos ataques de grupos terroristas. Teniendo en cuenta variables políticas, de violencia y de comunidades, al menos trece países tienen un mayor riesgo de sufrir ataques: Angola, Bangladesh, Burundi, República Centroafricana, Costa de Marfil, Etiopía, Irán, Israel, Malí, México, Birmania, Sri Lanka y Uganda.
En términos individuales, muchas más personas mueren por homicidios que por atentados terroristas, toda vez que una persona tiene 40 veces más posibilidades de fallecer por un asesinato que por la acción de un grupo terrorista. En Reino Unido, una persona tiene 188 veces más posibilidades de morir en un homicidio, mientras que en Estados Unidos el número de posibilidades baja a 64 veces más.
¿CÓMO FRENAR EL TERRORISMO?
El presidente del IEP, Steve Killelea, ha advertido de que para frenar el terrorismo hay que actuar en la raíz del problema. "El terrorismo no aumenta por sí mismo. Al identificar los factores asociados, se pueden desarrollar políticas para mejorar el entorno del que se nutre el terrorismo. Las acciones más significativas que se pueden realizar son reducir las prácticas de violencia estatal, como las ejecuciones extrajudiciales, reducir las quejas de grupo y las hostilidades y mejorar las políticas efectivas de apoyo a las comunidades", ha afirmado Killelea, en un comunicado.
El IEP ha explicado que hay tres factores asociados directamente con el terrorismo: "la violencia patrocinada por el Estado, las quejas de las comunidades y los altos niveles de criminalidad".
"Durante la última década el aumento del terrorismo ha estado relacionado con los grupos radicales islamistas cuyas violentas ideologías han sido ampliamente difundidas. Para contrarrestar estas influencias, las formas moderadas de islamismo suní deben ser favorecidas por los países musulmanes suníes. Dada la naturaleza teológica del problema, es difícil que los autores del exterior tenga influencia", ha explicado Killelea.